El barrio de Santa Bárbara da un giro de timón y organiza una recepción con el Cartero Real para la mañana de este sábado, acompañada de regalos y sorpresas, con la idea de iniciar la dinamización navideña del lugar
¿Es de sabios rectificar? En un sentido estricto, sí. Más aún si lo que hay en juego es la ilusión de niños… Y de no tan niños. Así lo entienden en la Asociación de Vecinos de Santa Bárbara; por eso la pasada semana, mientras los integrantes de su directiva celebraban el tradicional brindis navideño, a uno de ellos se le ocurrió cierta idea peregrina que, en estas jornadas, ha terminado por convertirse en realidad: pasar de no ofrecer ninguna actividad temática en estas fiestas, más allá de la decoración lumínica de viviendas y espacios públicos, a conseguir que el príncipe Aliatar, Cartero Real de los Reyes Magos, visite el lugar. Lo hará en la mañana del 30 de diciembre, con toda la pompa que su rango merece, acompañado por su séquito… Pero no a lomos de caravanas o camellos, no… En moto.
Invadidos por la ilusión, la satisfacción y cierto orgullo bien merecido, los responsables de este giro de timón reconocen que la iniciativa surgió en apenas diez minutos. «Estábamos ahí, brindando, y entonces uno de nosotros dijo que podía aparecer Aliatar en moto; otro, que tenía acceso a trajes; dos más, que se apuntaban a la comitiva… Y así fue creciendo la bola», ríe Ángel Pérez, vicepresidente de la entidad. Ya completamente implicados, comenzaron los preparativos, la planificación y la búsqueda de apoyos; una parte de esos últimos se han encontrado en la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) y en una de las miembros de la junta, que proporcionaron los atuendos. El momento de saborear el resultado de tanto trabajo en tan poco tiempo llegará a las 11.30 horas de este sábado, con un desfile por las principales calles del poblado que terminará en la sede vecinal; allí, Aliatar recogerá las cartas de pequeños y mayores, atenderá a las peticiones y dará alguna que otra sorpresa que desde la asociación, por supuesto, no han querido desvelar.
Con este gesto la nueva directiva de Santa Bárbara abre sus brazos a crear un programa navideño que, se espera, crecerá en años venideros. «Hubo un periodo en que no hubo cambios entre aquellos padres que vinieron hace casi setenta años, pero ahora se han instalado familias jóvenes, y ya vuelven a verse niños por las calles», detalla Pérez. Las propuestas de otros barrios gijoneses, unida a la idea surgida en el brindis, fue el empuje definitivo. «Queremos dinamizar Santa Bárbara, y no sólo pensando en los niños», apunta. Porque, al final, como no duda en afirmar, «con un poco de trabajo y de ilusión, esto, como todo, sale adelante».