Si en Pyongyang circular con tu coche no es ni democrático ni popular, en Gijón tampoco lo es
En todos los documentales sobre la República Popular y Democrática de Corea, más conocida como Corea del Norte, aparece su capital, Pyongyang, que es una ciudad de más de tres millones de habitantes. En todos estos documentales siempre llama la atención el escaso tráfico de automóviles que circulan por sus anchas avenidas.
Al parecer, esto es debido a que solo una pequeña élite se puede permitir o le permiten disponer de vehículo particular propio, el resto deben recorrer las calles de la ciudad a pie, en bicicleta o en transporte público. Por lo que la élite, que se puede permitir tener un coche, puede disfrutar de conducir por unas amplias avenidas sin tráfico.
Con las medidas que se toman en Gijón, uno puede empezar a pensar que Pyongyang es el modelo de ciudad que se quiere conseguir. Primero, se nos obliga a poner una pegatina a nuestro vehículo, para así poder diferenciar bien los buenos ciudadanos de los no tan buenos y excluir a los malos ciudadanos de aparcar en el centro de la ciudad. Pero aquí los buenos son las élites, los que tienen el dinero para renovar su coche.
El común de los mortales que no nos lo podemos permitir, o no nos apetece realizar dicho gasto, se nos prohibe aparcar en el centro. Si bien es cierto que ahora son una minoría a los que no se les permite aparcar, es cuestión de que en pocos años los que hemos sido señalados en nuestra luna del coche con una C o con una B seamos los próximos en sufrir el ostracismo de la ciudad. Y así ir despejando el tráfico para los coches eléctricos.
También se han creado numerosos puestos de recarga de coches eléctricos, que están repartidos por toda la ciudad, para que puedas aparcar durante horas sin pagar la ORA, mientras recargas el coche de forma gratuita. Pero en la actualidad, solo unos pocos, las élites, pueden permitirse un coche eléctrico, ya que el precio medio de estos ronda los 40.000 euros y se consideran asequibles los coches de menos de 25.000 euros (https://www.motorpasion.com/compra-coches/cuanto-cuesta-coche-electrico-barato. Le propongo al lector, que ‘googlee’ el precio de los coches que usan los puestos de carga).
Por lo que el común de los mortales estamos pagando a través de nuestros impuestos y facturas de energía los juguetes eléctricos de las élites, pagando la construcción de puestos de recarga y regalándoles la electricidad, para que ellos puedan circular y aparcar con mayor facilidad. Mientras, nosotros en autobús, bici o con el coche de San Fernando, igual que en Pyongyang (Hay que recordar que, para ofrecer esas recargas gratis, otros las tienen que pagar. Y sí, esos otros somos todos los contribuyentes).
Si en Pyongyang circular con tu coche no es ni democrático ni popular, en Gijón tampoco lo es.
Marcelino Llopis Pons
Totalmente de acuerdo. No van a solucionar nada pero si joder a muchos que no podemos cambiar de coche.