Ni la lluvia vespertina, ni la falta de permisos para el espectáculo musical eclipsaron el inicio de las celebraciones en el ‘barrio alto’ de Gijón, que inicia diez días consecutivos de fiestas «mucho mejores que ir a Mercadona a ligar»
Es un hecho: si hay algo a lo que en Cimavilla están acostumbrados, es a resolver imprevistos. De todo tipo, además. ¿Que el transporte público plantea problemas? Se buscan soluciones. ¿Que el turismo desbocado amenaza la habitabilidad del lugar? Se sale a protestar a la calle. ¿Que la posible lluvia y la falta de la preceptiva autorización municipal para que la Orquesta Marbella toque en el Cerro de Santa Catalina ponen en peligro el arranque de sus festejos patronales? Nada, menudencias… Se improvisa y se sigue adelante. Eso último es lo que, a última hora de la tarde de ayer, hizo el ‘barrio alto’ de Gijón. Pese a los imponderables surgidos a última hora, y al agua con la que el cielo regó los compases finales de este jueves, más de un centenar de vecinos y visitantes se congregaron ante la Casa del Chino para presenciar la lectura del pregón, a cargo de los capitanes de ‘La Mareona’ Manolo Bonhome, conocido como ‘Manolín ‘el Tazoneru’, y Ovidio Suárez. Se disparaba así el pistoletazo de salida a diez jornadas consecutivas de celebraciones, marcadas por la música, la tradición y la fiesta… E iniciadas, casualmente, el mismo día del cumpleaños de José Ángel ‘Cote’ Valdés, el laureado defensa del Real Sporting que, junto con su compañero Guille Rosas, hizo las veces de escudero de los dos primeros.
Eran alrededor de las nueve menos cuarto cuando los más leales comenzaban a congregarse bajo el balcón del icónico edificio, comentando entre sí qué novedades incluiría el bautismo de fuego de las celebraciones de este 2024. No hubo que esperar demasiado para averiguarlo… Con los relojes rebasando por poco las nueve en punto de la noche, los dos pregoneros y sus respectivos ‘escoltas’, acompañados por Omar López e Isabel Abella, máximos representantes de la Comisión de Festejos, salieron al balcón entre aplausos y vítores. Visiblemente emocionados, aunque haciendo gala de las tablas escénicas que les otorga su condición de líderes de la afición sportinguista, tanto Bonhome como Suárez invitaron «a todos a celebrar como playos, con respeto y armonía, con ilusión y alegría, como hacemos todos los años«, y a disfrutar de las verbenas, de la cucaña, de los pasacalles… En suma, «a disfrutar del barrio». Con el texto previsto ya consumido, ‘El Tazoneru’ no pudo resistirse a animar a los presentes a cantar ‘Cimavilla’ y ‘Gijón del alma’, dos temas coreados al unísono. El colofón, también imposible de evitar, fue el ‘Cumpleaños feliz’ en honor de ‘Cote’ que, como las dos piezas anteriores, nadie eludió interpretar.
Con los cabezudos desfilando por las calles, las plazas ya se habían llenado previamente de música, con el grupo Apelo tomando el control de la de la Colegiata, Pablo Valdés Trío actuando en la de la Corrada, y Son Rodríguez en la de Jovellanos. De hecho, fue ese último grupo el que recuperó el protagonismo al término del acto inaugural, ofreciendo un espectáculo que debería haber servido de preludio al de la Orquesta Marbella en la carpa del Cerro. Sin embargo, esa parte del plan no resultó todo lo bien que se esperaba… De hecho, salió rematadamente mal. Tal como la Comisión de Festejos aclaró en sus redes sociales, «motivos administrativos ajenos ahora mismo a nuestro control«, que podrían resumirse en la falta del permiso municipal, impidieron a ese grupo subir a Santa Catalina. ¿La solución? Fácil: adelantar el concierto del DJ para garantizar el estreno por todo lo alto de unas fiestas «de las más grandes que recuerdes, pero con carpa, DJ, luces, sonido… Vaya, mejor que ir a las siete a Mercadona». Toda su programación puede consultarse aquí.