Durante los próximos nueve meses ocho emprendedores se alojarán en las dependencias de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, donde recibirán apoyo para convertir sus respectivos proyectos en realidades tangibles y productivas

¿Cuántas ideas ingeniosas, revolucionarias y verdaderamente prácticas se han quedado en simples buenas intenciones por carecer del entorno y del apoyo necesarios para transformase en hechos? A lo largo de la historia humana, muchas, sin duda. Millones, si no más. Sin embargo, desde 2017 esa colaboración entre el servicio Gijón Impulsa y LABoral Centro de Arte y Creación Industrial que es el programa LABoral_Impulsa trata de que, al menos, una pequeña parte de ese inmenso total fructifique y se convierta en algo productivo para sus autores y positivo para la ciudad. Y este lunes, en las instalaciones del segundo de ambos actores, ha sido presentada la última tanda de ellos, perteneciente a la séptima edición. Un total de ocho proyectos que, durante los próximos nueve meses, encontrarán en las dependencias de LABoral el ecosistema adecuado, y en el personal de Impulsa, el apoyo necesario para medrar y hacerse realidad. Y se trata de un abanico de posibilidades ecléctico, qué duda cabe, que abarca desde la sensibilización frente a la discapacidad para aquellas personas que no la padecen, hasta el desarrollo de la tradicional cooperación asturiana en el mundo digital o, incluso, la constitución de un gimnasio… Para entrenar la meditación. Todo un catálogo.
Al igual que ha sucedido en las seis ediciones previas, durante los meses venideros los ocho proyectos y sus respectivos autores tendrán a su disposición entornos de trabajo compartido, salas de reuniones, actividades conjuntas y acceso a los laboratorios y demás equipamientos de LABoral, al tiempo que desde Impulsa se brindará la opción de sumarse a programas de apoyo al emprendimiento y a la consolidación empresarial. Una oportunidad única y que, muy posiblemente, a su término, revertirá positivamente en el conjunto de la sociedad gijonesa y asturiana. Así lo ha expresado la vicealcaldesa y concejala de Economía, Empleo, Turismo e Innovación de Gijón, Ángela Pumariega, quien ha estado acompañada en el acto de esta mañana por el director general de Cultura y Patrimonio del Principado, Pablo León, y por el director gerente de Gijón Impulsa, Luis Díaz. Los tres han coincidido en enfatizar el potencial de los proyectos que coexistirán en LABoral, pero también en el horizonte de opciones que la coalición de ambos servicios pondrá al alcance de sus autores. Y eso, sin contar el extra que supone la cercanía del Parque Científico Tecnológico gijonés. De todo ello, han manifestado, surgirán sinergias beneficiosas para todas las partes, y más allá.
No obstante… ¿Quiénes son los agraciados cuyas ideas han sido seleccionadas? Bien, como se ha comentado hay de todo, tanto en lo teórico como en lo humano, pero todos tienen un detalle en común: el haberse granjeado el beneplácito del jurado, del que han formado parte de Monserrat Fernández, jefa de Promoción, Crecimiento y Consolidación Empresarial de Impulsa; Mónica Martínez, su responsable de Asesoramiento y Comunidades y Promoción Empresarial; Ramón Rubio, director de MediaLab UniOvi, y de Patricia Villanueva y María Romalde, respectivamente encargada y coordinadora de Exposiciones y Residencias de LABoral. A partir de ahí, el eclecticismo es la norma, con ejemplos como ‘Sextaferia digital‘, una apuesta con la que Berto Santomé aspira a trasladar al terreno del diseño y los servicios digitales los valores identitarios de la cooperación tradicional asturiana, tomando como ejemplo la colaboración vecinal para tareas como la limpieza de caminos y fuentes. Una idea muy alejada de la de Marina Martínez, bautizada ‘Marea de gente‘, y con la que propone talleres vivenciales para sensibilizar a personas sin discapacidad, especialmente en los ámbitos educativo y empresarial. Eso, sin contar propuesta como ‘Holalab.org‘, del veterano fotógrafo Adolfo Fernández, quien, con su flamante Polaroid en ristre, ha detallado que desea ofrecer soporte, orientación y medios técnicos a artistas que trabajan con fotografía y cine analógico-químico.
También hay hueco en LABoral_Impulsa para proyectos colectivos. Es el caso de ‘Golden Waves‘, con el que Ignacio Carmona y Jorge Bazo visibilizarán el talento musical asturiano más alejado de los focos, reforzando la escena creativa regional desde una perspectiva profesional y contemporánea mediante el trabajo en líneas como la grabación de sesiones musicales documentales, la creación de efectos visuales y la planificación de campañas integrales para proyectos concretos. Igualmente conjunto es el vástago de Sara Moro y Ricardo Villoria, ‘La Rectoral‘, un plan de comisariado total a disposición de cualquier artista local que lo desee, y que combina investigación, museografía, diseño y comunicación. Lo mismo puede decirse de ‘Lexington Studio‘, obra de Claudia Couso y Sara Rodríguez; si bien no pudieron estar presentes en el acto de hoy, sí ha trascendido que su idea es levantar estudio creativo enfocado en el ámbito musical, aportando soluciones visuales y de comunicación para potenciar proyectos culturales desde una perspectiva tecnológica e innovadora.

Finalmente, no sería justo olvidar pasos adelante mucho más curiosos, si no directamente pintorescos… Como el muy llamativo proyecto ‘Club de piedras‘. Fruto de la mente de la artista Coco Moya, la esencia, como ella misma ha explicado, es habilitar una especie de «gimnasio de meditación» que transforme esa práctica en un juego intuitivo y divertido, premiando la constancia con piedras virtuales y favoreciendo el bienestar desde el compromiso lúdico. Algo para lo que, ha aprovechado esta mañana, ha invitado a que «cualquier desarrollador que se anime a probarlo se ponga en contacto conmigo». El último proyecto seleccionado para esta edición de LABoral_Impulsa es ‘Promete@‘, con el que el también artistas Manuel Prados se ha marcado el ambicioso objetivo de construir una máquina sensible equipada con sensores que registren datos del entorno para, así, explorar cómo percibe la realidad. A partir de este prototipo se desarrollan módulos didácticos aplicables en contextos educativos formales e informales, dando como resultado un proyecto en el que se entremezclan arte, tecnología y pedagogía desde una perspectiva crítica.