Hablar del derbi asturiano es hablar de rivalidad. De pique, de comparaciones, de burlas. Es hablar de ese partido que dura más de 90 minutos. Comienza en el momento en el que sale el calendario y termina varios días después del final del trámite futbolístico. Los resquicios que deja un derbi son capaces de perdurar hasta la siguiente cita entre Sporting y Oviedo, dando comienzo a un círculo vicioso de recochineo por parte de los vencedores que parece no tener fin. Al menos, así se ve desde la perspectiva de los perdedores. Una derrota de tu equipo en el derbi no se olvida de la noche a la mañana. Eso es derbi.
Derbi también es ese bombardeo de mensajes cruzados que se produce entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. Durante los días previos al «Día D», conocidos se convierten en enemigos acérrimos, deseosos de observar el mal ajeno para recordárselo a su compañero durante tiempos futuros. A las dos semanas, todos tan amigos. Pero pobre de ti como tu equipo caiga y te toque agachar las orejas durante ese tiempo. Y así hasta que las cenizas del derbi se apagan hasta un próximo partido. Esa rivalidad convierte al partido entre rojiblancos y azules en algo único, en algo muy nuestro. En nuestro derbi.
En los últimos días, se ha hablado mucho del término ‘rivalidad sana’. Una acepción que parece no tener cabida en el diccionario de los partidos entre Sporting y Oviedo. Mientras observamos con cierta envidia la cordialidad entre aficiones rivales en otras zonas de España (véase el derbi vasco entre Athletic Club y Real Sociedad), las redes sociales se convierten en sumideros de insultos hacia los vecinos de 28 kilómetros en dirección suroeste. Y al revés. Para muestra, el video que, inocentemente, subía el Sporting a sus redes sociales con el fin de promover un partido en el que reinara la armonía entre clubes.
El video en cuestión, en el que se ve a una pareja ataviada con camisetas de Oviedo y Sporting circulando en una moto, se convertía en horas en un contenedor de insultos en todas direcciones: al club por tender lazos, al conductor de la moto por llevar a una oviedista de paquete, al Oviedo por ser el Oviedo. Por insultar, se insultó hasta al dueño de la motocicleta. Poca culpa tendría el hombre de que esa motocicleta también fuera una Derbi…
¿Es favorito el Sporting?
No se suelen caracterizar los partidos entre Sporting y Oviedo por ser partidos vistosos. Más bien, todo lo contrario. Son citas que solían brillar más por el espectáculo que se desarrollaba en la grada que por lo que ocurría en el verde. Con la afición obligada a ver el partido a través de un plasma, la función pierde a esos actores que aportaban brillo a la obra.Pese a ello, parafraseando a Freddy Mercury, show must go on. El de este sábado será el tercer derbi asturiano que se celebre sin público, con los dos anteriores teñidos de un peligrosamente habitual color azul. A la tercera buscará el Sporting dar al fin una alegría a su afición que aguardará su regreso al estadio desde las terrazas de Gijón.
Cierto es que los derbis no están siendo motivo de alegría para la Mareona en los últimos años. Desde que Sporting y Oviedo volvieron a juntar sus pasos por la misma categoría, hemos disfrutado de siete duelos de rivalidad asturiana, con solo un triunfo playo. A pesar de ello y con la clasificación en la mano, este año podría suponerse un favoritismo rojiblanco.
En esta temporada, el Sporting busca mantenerse en la zona noble para pelear por volver a la élite, mientras que el Oviedo continúa su lucha por mantener la categoría. En cualquier otro partido, el papel clasificatorio podría suponer alguna ventaja. No aquí. En el derbi asturiano, poco importa si uno va primero y el otro último. Eso también es derbi.
Con ocho partidos para terminar la liga, el partido del sábado en El Molinón es esencial para los intereses del Sporting. Tras dos derrotas seguidas, las alarmas en Mareo han comenzado a emitir un sonido poco halagüeño que invita a la reacción. Para apagarlas, nada mejor que una victoria en el partido ante el máximo rival. Con el partido que paralizará Asturias apurando las últimas horas en el interior de la hostelería. En el partido que va más allá de un mero partido de fútbol. En nuestro derbi.
Borja Fernández es colaborador en miGijón y periodista en Radio Marca Asturias