Que una tierra y sus ciudadanos celebren unidos y en concordia cada año el Día Mundial de la Poesía como una verdadera fiesta de la cultura, el conocimiento y la belleza. Este es el objetivo principal de ‘Asturias, capital mundial de la poesía‘, el proyecto de Graciano García, director emérito de la Fundación Princesa de Asturias, que ha superado la barrera de los 15.000 socios fundadores.
La poesía escrita en Asturias vive en la actualidad una de sus mejores épocas. En ningún otro momento de la historia literaria asturiana han coincidido, quizás, tantos autores con una calidad media tan notable. Te contamos cuáles son los poetas gijonudos que debes conocer y leer.
Algunos de los mejores poetas gijoneses
Ángel Zero
‘Ella’ (2016), ‘Cicatrices’ (2017) y ‘El amor en 20864 palabras’ son los libros de Ángel Zero, el poeta gijonés que tiene como padrinos a dos de los autores más reconocidos del país: Marwan y Rayden.
Un desamor, las redes sociales y un libro autoeditado marcaron el camino para que la prestigiosa editorial Planeta se fijara en este gijonés del barrio de El Llano que escribía poemas en servilletas.
Con cerca de 120.000 seguidores en su cuenta de Instagram, Zero es un enamorado del amor y triunfa en redes sociales como uno de los nombres propios de la poesía moderna.
Jordi Doce
Poeta, prosista, crítico y traductor español, Jordi Doce es uno de los grandes nombres de la poesía asturiana. De hecho, el gijonés fue galardonado en 2017 con el Premio Nacional de Poesía ‘Meléndez Valdés‘ por su obra ‘No estábamos allí’, uno de los mejores poemarios de los últimos años.
Desde el año 2000, Doce no ha dejado de publicar. Uno de sus últimos éxitos ha sido ‘La vida en suspenso’, una crónica íntima del confinamiento, del arresto domiciliario, de esa experiencia de robinsones modernos, cada uno en su casa, que se prolongó desde mitades de marzo hasta los finales de mayo.
Sara Torres
La gijonesa, actualmente afincada en Londres, ganó en 2014 con su primer poemario ‘La otra genealogía’ el XV Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven. Después vendrían ‘Conjuros y cantos’ y ‘Phantasmagoria’, su último poemario que tiene también un proyecto audio-visual performativo en colaboración con la artista Marta Velasco Velasco.
Sus obras dejan intuir a una artista que trasciende el lenguaje poético desde sus propios términos, lo que convierte a Sara Torres en una de las voces más prometedoras de la poesía actual.
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Pelayo Fueyo
Aunque ha escrito también ensayos y aforismos, Fueyo destaca por su copiosa obra poética. El gijonés, poseedor de una palabra llena de claves y de símbolos, da un paso más hacia la perfección en cada uno de sus títulos.
Concebida como «una manera de indagar en la naturaleza herida del hombre», sus poemas están atravesados casi siempre por la tristeza de la pérdida y marcarán al lector que logre acercarse al entramado complejo del auténtico yo del poeta.
‘Memoria de un espejo’, ‘Títeres de duermevela’, ‘Poesía competa’, ‘La herencia del silencio’ o ‘La herida del aire’, su último título, son algunas de los libros del gijonés. Una obra poética de originalidad radical.
José Luis Argüelles
El mierense, todo un gijonudo de la vida, presentó recientemente Protesta y alabanza (Impronta), en la que definía la existencia como una dialéctica medida de todas las cosas; «luz y oscuridad, vida y muerte».
«A estas alturas, no concibo mi vida sin la poesía: la de los demás y la que yo intento escribir. Y esa palabra, “intensidad”, me parece del todo pertinente. La poesía es siempre una exaltación de la vida, aun cuando su tema central sea el de la muerte, o precisamente por eso». (Declaraciones a El Cuaderno, 2017)
Algunas de sus obras: «Las Erosiones», «Gran Desconcierto» o «Pasaje».
Nacho González
En diciembre, en miGijón publicábamos que Juan Ignacio, Nacho, González había sido doblemente galardonado con el X Premio María Elvira Muñiz y con el XX Premio de Poesía en castellano por ‘Los jardines en ruinas’, tras una vida entregada a la docencia y la poesía en Gijón.
Nacho ha sido un habitante convencido de la ciudad desde 1971. 50 años paseando por sus calles que han quedado bien reflejadas en sus escritos.
Autor de los libros Otros labios acaso (1985), Velar la arena (1987), Arte adivinatorio (1995), Contra la oscuridad —con José Carlos Díaz— (2003), La vieja música —con Javier García Cellino— (2004), El cuaderno de la ceniza (2013), Cuando enero fue pasto de las llamas (2015), El cuaderno de la guerra (y algunas notas sobre la paz) en 2018 y Cuaderno para un confinamiento (2020).