El Natahoyo “sueña” con el Paseo del Mar, y Moreda espera por el plan de vías y la estación intermodal
Álvaro Tuero (AVV Atalía): “El pasado gobierno municipal fue ciego y mudo. Se tienen que dejar aconsejar por los vecinos”
Los 15.000 habitantes del Natahoyo llegan a estas elecciones municipales con la promesa de un proyecto, que de llevarse a cabo, transformaría por completo el barrio. Su nombre: el Paseo del Mar, un gran paseo peatonal de unos tres kilómetros, con arbolado y carril bici, que conectaría El Musel con Poniente pasando por el Arbeyal. Y todo ello, en el entorno de otro espacio, el de los terrenos de Naval Gijón, abandonados desde que cesó la actividad del astillero, convertidos en un parque empresarial ligado a las actividades tecnológicas que se denominaría «Ciudad del Talento». Es una de las grandes apuestas del programa del PSOE para completar la recuperación de la franja costera gijonesa que quiere acabar con su tramo más degradado y pagar la «deuda histórica» de la ciudad con El Natahoyo y la zona Oeste.
Aunque reconoce que el proyecto es un “sueño”, Álvaro Tuero, presidente de la asociación de vecinos Atalía, lo recibe con cierto escepticismo. “Ya lo prometió todo el mundo, desde que gobernó Zapico”. Para el líder vecinal, que ya ha recibido la visita de varios candidatos, “esta es una campaña copiada. Lo que uno dice hoy, el otro sale mañana pero un poco más”. Razón no le falta si ponemos como ejemplo otras ideas para transformar la línea costera. Un ejemplo: en la misma línea que el PSOE, Foro ha propuesto al puerto del Musel y Pymar que formen un consorcio que permita que “ese terreno lidere la regeneración económica y urbana de la zona oeste”. Las promesas electorales responden al estado de abandono y deterioro en el que se encuentra la zona por la que discurriría el Paseo del Mar, “especialmente toda la parte derecha de la avenida Galicia, desde Naval Gijón hasta el alto Santa Olaya con edificios, naves y solares abandonados en los que crece la maleza y la suciedad y calles en general muy sucias”, detalla el presidente vecinal.
Mientras esperan a que llegue esa transformación, la realidad de actual del Natahoyo sigue siendo la contaminación que generan la media de mil camiones que circulan a diario por la avenida Príncipe de Asturias. Aquí también, como en el resto de la zona oeste, el anuncio de la licitación del vial de Jove, es recibida con cierta desconfianza: “mientras no vea las máquinas trabajando”, dice Tuero, “no me lo creeré. Igual que con la estación Natahoyo-Moreda” y añade “de poco me sirve que adjudiquen los 236 millones y luego digan que aparecieron unos cables o que hay problemas para hacer la obra como ya ha sucedido”. En la asociación vecinal Atalía preocupa también preocupa el estado de la playa del Arbeyal que dicen necesita un acondicionamiento. “Hace falta limpieza en la playa. Está llena de ocle, el viento se lleva la arena…”.
También está pendiente, dicen, la reparación de los parques, “que están de pena y dolor” y la instalación de unos aseos públicos para que la gente no tenga que sus necesidades, “donde puede”, como ocurre ahora. Además de que lleven a cabo los proyectos prometidos, el Natahoyo le pide al futuro gobierno municipal que la comunicación vuelva a fluir cuando tome posesión, cosa que dicen, se echó en falta en el anterior mandato en el que “muchos de los concejales no pasaron por aquí ni los llegamos a conocer. Fue un ayuntamiento ciego y mudo, asegura. “Los políticos se tienen que dejar aconsejar por los vecinos porque somos los que sabemos donde está la baldosa suelta”.
Moreda pide atacar los problemas de la ciudad en su conjunto con visión de transformarla en los próximos años
Charo Blanco (AVV Moreda): “No puede ser que desde los barrios estemos permanentemente pendientes de exigirle cosas básicas al ayuntamiento”.
Moreda es la frontera del oeste con la zona centro. Un barrio pequeño que conforma una isla entre El Natahoyo y las vías del tren. Comparten con el resto de la zona oeste su preocupación por el tema de la contaminación, que consideran “prioritario” pero en lo que al barrio atañe particularmente, lo que mas les “inquieta” a medio y largo plazo es la construcción de la estación intermodal porque no saben, tal y como cuenta Charo Blanco, presidenta de su asociación vecinal, cómo puede afectar al parque. El parque, aseguran, es “nuestra seña de identidad” y las peticiones a los candidatos están dirigidas a este lugar: limpieza, mantenimiento, asfaltado y unos baños para que niños y personas mayores no tengan que hacer sus necesidades entre los arbustos.
Les preocupa, además, el mantenimiento o, más bien, la falta del mismo, en las dos instalaciones deportivas con que cuenta el barrio: la piscina y el polideportivo. Con 2.600 habitantes censados, el barrio tiene sensación de que ésta no es una zona primordial para los políticos y por tanto, a la que no se hace mucho caso. “Como Moreda no molesta para bien ni para mal, no estamos en las prioridades” se queja Pablo F. Gutiérrez, secretario de la asociación. “No puede ser que año tras año estemos permanentemente pendientes de exigirle al ayuntamiento cosas básicas como la limpieza, el mantenimiento, las luminarias, viales, jardines… son cosas que ningún barrio debería pedir”. Su lista de temas por solucionar llega hasta veinte y a pesar de que están ahí desde el año 2008, “una y otra vez nos prometen que se van a hacer y no hacen”, recuerda Blanco. Ni los temas pendientes se solucionan, ni se informa sobre otros. Los representantes vecinales de Moreda se lamentan de que desde el consistorio no se hace partícipe a los vecinos de las cosas que se hacen en el barrio. “Esto ya se arrastra desde el mandato de Moriyón”, señalan.
Un ejemplo: el “desaguisado” cometido hace unos días con el desbroce del rio Pilón que se llevó por delante la nidificación de diferentes aves de ribera. “Entraron como elefantes en una cacharrería”, cuenta F. Gutiérrez. “A ojos del paseante el rio está ahora segado muy guapo pero se han llevado la vida que había en él, cosa que está en contraposición con los planes de renaturalización que querían poner en marcha con fondos europeos”. Y todo esto, analizan, en el contexto un Gijón en el que en los últimos años “No se han atacado los problemas de la ciudad con la intención de transformarla dentro de unos años”, apuntan. “Con los millones que se invirtieron en la regasificadora, se podían haber hecho obras toda la ciudad entera”.