¿Dónde está nuestra memoria democrática? ¿Será que quieren seguir olvidando nuestra Historia? ¿Será que nadie del ayuntamiento gijonés quiere decir en público que en España hubo un Golpe de Estado?
Por mucho que el tiempo sea relativo, y que los ritmos los marque cada uno, ya han pasado meses suficientes para que nuestra alcaldesa haya delegado competencias en materia de memoria democrática a alguno de sus concejales o concejalas. No hacerlo no significa el incumplimiento de la Ley, pero refleja, claramente, el papel otorgado al recuerdo del pasado histórico gijonés en el devenir del presente y futuro de este gobierno municipal.
No es momento de incluir aspectos comentados en otros artículos que giraban sobre nuestra memoria democrática, sería repetitivo en exceso, voy a intentar, en estas líneas, argumentar la importancia que tiene la configuración de la estructura municipal, al menos los puestos de decisión, a la hora del avance de la ciudad durante la iniciada legislatura. En multitud de ocasiones, la ciudadanía se queda en las caras y no en las atribuciones que estos rostros tienen, siendo importante tanto una cosa como otra.
Haciendo un repaso, Xixón tiene concejalías delegadas (la Alcaldesa Presidenta ostenta la potestad de delegar sus funciones en el grupo de gobierno) que van desde grandes bloques con aparente nexo común (Economía, Empleo, Turismo e Innovación) a monotemáticas con importancia en la vida gijonesa (Deportes o Hacienda). Pareja a ellas, existen otras realizadas con verdadero pegamento de barra escolar. En ese conglomerado de atribuciones y nombres, tenemos la Concejalía de Cultura, Juventud y Museos. Uno siempre creyó que los museos se incluyen en las competencias culturales, pero si lo que se quiere es dar empaque a unas instalaciones básicas en la vida gijonesa, como son los equipamientos museísticos, resulta incoherente e incomprensible la no inclusión del vocablo “Bibliotecas” en el nombre otorgado a la Concejalía de amalgama lingüística. Quizás alguien tendría que preguntarse por qué las bibliotecas se encuentran bajo las letras de la palabra Cultura y los museos sobresalen, ocupando un espacio propio, o por qué la red cultural más importante de nuestro municipio, con mayor número de usuarios, parece de menor enjundia que nuestro patrimonio plástico, arqueológico o industrial. Quizás es reflejo del valor que se le va a dar en el devenir de estos cuatro años, quizás es minusvalorar un puntal de la ciudad, quizás es no realizar la reflexión adecuada, quizás es no saber la valía de la red de Bibliotecas Municipales.
Parecida cuestión ocurre con Juventud, embutida en mitad de las palabras. ¿Por qué está enmarcada entre Museos y Cultura y no unida a la concejalía de educación? ¿Por qué en medio, timorata, y no atrás o delante, con fuerza suficiente? Son preguntas ante una estructura municipal de la FMCEyUP que, bajo la palabra Juventud, tiene, con contrato de alta dirección, a un responsable del área de proyectos de educación (sin competencias) y juventud con poco presupuesto asignado. Si no me falla la comprensión de los números de un ejercicio económico municipal, la cuantía que tramita este director de área, parece irrisoria. A no ser que haya habido modificaciones presupuestarias, que no me consta, o bien algo que se me escape, que puede ser, creo que debería ser clarificado el presupuesto, cuya responsabilidad depende de dicho puesto pagado por todos los gijoneses y gijonesas, como también sería bueno conocer el personal dependiente del directivo, pues las retribuciones suelen estar ligadas a la responsabilidad en la toma de decisiones, así como en la gestión de recursos. Este conocimiento permitiría clarificar la funcionalidad de parte de un ayuntamiento, pues si, en esa configuración municipal, un director, con sueldo superior a otros puestos estructurales, gestionase partidas presupuestarias mínimas y equipos humanos reducidos, la arquitectura municipal, en este campo, sería cuando menos, inadecuada.
Siguiendo con la estructura, existe otra concejalía nombrada como “Relaciones Institucionales”. Esta tiene, cito de la resolución de alcaldía, atribuciones sobre asuntos y materias derivadas de las relaciones institucionales entre Administraciones. El nombre, con enjundia, pierde parte de su brillo cuando rascas un poco en el texto legal mencionado y te sumerges en sus funciones. En ellas, puede parecer justificada todo lo concerniente a solicitudes y justificación de subvenciones a otras entidades o administraciones, pero, ojeando las competencias de otras áreas, resulta que también ellas tienen la misma atribución: Cultura, puede hacerlo, Educación, puede hacerlo, Hacienda puede hacerlo, Participación y todas las demás también, siempre en el ejercicio de sus ámbitos de gestión. Junto a ella, y continuando con las responsabilidades atribuidas, me pregunto si, en su función mediadora entre Administraciones, la responsable de Hacienda del Ayuntamiento, para tratar asuntos con su homóloga del Principado de Asturias, precisa llamar a la concejalía de Relaciones Institucionales para hacer de intermediario, pues, por lo comentado en el punto primero de la resolución, se da a entender que entra dentro de sus posibles funciones. Para finalizar con las competencias de esta importante área, también el concejal tiene delegada la gestión de hermanamientos con otras ciudades, así como la del Acuario de Gijón. ¿Es necesaria una persona con experiencia de gestión para hacer un seguimiento de nuestras relaciones con las ciudades hermanas? y, más dudas todavía, ¿es preciso su tiempo para la gestión del Acuario de Gijón, instalación gestionada, a través de una concesión, por una empresa privada?
No quiero decir con estas líneas que el director de área mencionado o el concejal de Relaciones Institucionales sean o no válidos, estoy hablando de estructura que conforma funciones para trabajar por y para la ciudad, pareciendo, desde mi humilde opinión, que no es coherente la configuración, no es acorde el sueldo con la responsabilidad, ni la retribución con los recursos asignados. La labor política es enorme, la responsabilidad también, el tiempo ejerciendo el trabajo para toda la ciudad no debería tener límites, pero si, como parece, apenas hay personal al cargo y es mínimo el presupuesto asignado, al mismo tiempo que funciones difusas, pueden generarse dudas que deben ser solventadas mostrando claramente esos datos para valorar su labor.
Retomando la cuestión con la que empecé el artículo, viendo las competencias otorgadas por la Alcaldesa y la carga de responsabilidad de algunas de ellas, incluso de manera marxiana gestionando algo ya gestionado ¿Dónde está nuestra memoria democrática? ¿Será competencia durante esta legislatura de Carmen Moriyón? ¿Será que ninguna concejalía quiere luchar por dignificar parte de nuestro pasado? ¿Será que quieren seguir olvidando nuestra Historia? ¿Será que ningún concejal o concejala quiere reivindicar a aquellas personas que lucharon por la democracia? ¿Será que nadie del ayuntamiento gijonés quiere decir en público que en España hubo un Golpe de Estado? ¿Será que nadie quiere reparar lo que el fascismo destruyó? ¿Será que el ayuntamiento gijonés prefiere seguir viviendo en el silencio? ¿Será que, para algunos, la justicia es un concepto sectario y partidista que olvida a esas personas asesinadas? ¿Será que debemos volver de nuevo nuestra mirada a la sociedad civil, a las asociaciones memorialistas, como futuros únicos agentes defensores de nuestro ayer en el consistorio? ¿Será que nuestro ayuntamiento no hace lo que la Ley exige?
Recordemos que los poderes públicos tienen un deber de memoria. De momento, en nuestro ayuntamiento no ha sido delegado, está en el olvido.
Iba a desarrollar un poco más mi respuesta pero solo diré esto: ERES UN CANSINO!!!