
«Vincular la libertad con matar toros como logro de un partido de Gijón, creyendo que es algo de lo que estar orgullosos, habla por sí mismo del solar ante el que nos encontramos»

Hay que reconocerle al Partido Popular (PP) de Gijón que una parte de lo que buscaba poniendo MUPIs con la imagen de un torero y la expresión «Dos años de libertad» lo ha logrado, y es que se hable de ellos. A partir de ahí, no sé si han estado muy acertados. Veamos…
Esto de utilizar los MUPIs por parte del Gobierno municipal no es nuevo. Cabe recordar aquel espantoso ridículo que protagonizó Foro cuando, después de renunciar a continuar en la carrera por ser sede del Mundial de Fútbol de 2030, decidió venirse arriba afirmando que la ciudad no necesitaba ningún mundial, y que «Xixón ye mundial«. Les pareció un motivo riguroso y serio con el que adornar varios de esos puntos fijos de anuncios que hay por la ciudad -que, ahora que lo pienso, renunciar a gastar perres en intentar traer un Mundial de Fútbol sí, porque era muy caro, pero poner de mano dos millones de euros para acoger un circuito mundial de pádel… Eso ya es canela en rama-. Curioso. Pero volvamos al punto de inicio, al PP, no vaya a ser que, como ocurre en la vida pública y en la vida política de esta ciudad, me olvide del PP gijonés, y acabe hablando de Foro…
Pues eso, el Partido Popular de Gijón, siguiendo la estela absolutamente absurda del PP nacional, considera que lo más destacable de su gestión en Gijón es que hayan devuelto las matanzas de toros a la ciudad. No sé si ellos se han parado a pensarlo, puede ser que no, pero detengámonos nosotros y pensemos por un momento en ello.
Por un lado, en dos años de gobierno (¡Dos años, ojito!) lo máximo de lo que pueden vanagloriarse es de contratar a gente que viene a maltratar a animales durante una semana. Ese es su logro. No digo yo que no sea menor, ojo, que convencerse de que volver al Medievo en el trato a los animales es algo que tiene que ver con la libertad no deja de ser un logro, porque tienen que tener una enorme capacidad para considerar semejante conjunción de ranciedad y alcanfor como algo a celebrar. Pero, más allá de hacernos retroceder en el tiempo, veamos qué más ha logrado el PP que no haya sido capaz de poner en un MUPI. Tenemos, por un lado, la Concejalía de Medio Ambiente, cuyo máximo éxito hasta el momento es continuar haciendo lo que dejó pendiente la concejala del mismo ramo de Izquierda Unida (IU) del anterior Gobierno. Bien. Por otro lado, tenemos a un señor que salió defendiendo la fritanga que sirven en los comedores escolares. Bien también. A continuación, tenemos un silencio en forma de dos representantes públicos más, y como punto final tenemos a la vicealcaldesa, cuyo mayor logro político en la ciudad es celebrar que se ejecute ‘Naval Azul’: un proyecto pensado y diseñado por IU y Podemos. Bien.
Con esta suma de logros en dos años -bueno, perdón, son dos años de logros y una década de parches-, también han llevado a cabo un Congreso local para que sus representantes fuesen elegidos democráticamente, aunque no sé si este ‘logro’ es más atribuible a la gestión gijonesa, o a la imposición -necesaria- desde la directiva regional del partido. Sea como fuere, apúntese también.
Repasando un poco la hemeroteca, y dejando de un lado capítulos que aún tenemos pendiente por ver cómo terminan, como EMULSA, los comedores escolares o si van a seguir trabajando únicamente en el turismo de influencers, cachopo y VUTs, el paso del PP por el Gobierno municipal está siendo el mismo que cuando estaba en la oposición: la mayor parte del tiempo no se sabe si están o no están o, lo que es peor en cuanto a imagen política, no se sabe a qué están. Vale que esto no es patrimonio exclusivo del PP, y es lo que pasa cuando la política camina pasito a pasito hacia convertirse, casi en exclusiva, en reducto de perfiles sin mayor trascendencia en la ciudad, ni en el ámbito profesional, que la de estar bien colocados en todas las tramas de fontanería interna de los partidos. Triste evolución que ha permitido dejar espacio discursivo para los negacionistas de la ciencia o de la diversidad. Todo esto, y todas las cabezas que hayan ideado o respaldado lo de vincular la libertad con matar toros como logro de un partido de Gijón, creyendo que es algo de lo que estar orgullosos, habla por sí mismo del solar ante el que nos encontramos.