Desde la Federación ‘Les Caseríes’ exigen a las Administraciones celeridad en la instalación de la cámaras, y la Plataforma Vecinal de Castiello alerta de nuevas movilizaciones y patrullas ciudadanas si no se toman medidas

La paz y la quietud que suelen dominar las noches en la zona rural de Gijón volvieron a quebrarse el pasado sábado en el área de Castiello, sumando dos más a la ya larga lista de robos en viviendas que asola el lugar. Al amparo de la oscuridad, dos chalets de la zona fueron asaltados por la fuerza; uno, situado en el camino de El Praón, y otro, en la urbanización Villas. Y, aunque la Policía Nacional mantiene abierta la investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido, la inquietud y el temor han vuelto a asentarse en el ánimo vecinal; sobre todo, por la esperanza general de que, como ya ocurriese el año pasado, la llegada del verano mermaría el afán delictivo de los cacos.
Los asaltos se produjeron alrededor de las nueve, el primero, y de la medianoche, el segundo. En ambos casos los ladrones entraron por la fuerza aprovechando que no había nadie en los inmuebles; sin embargo, si bien lograron llevarse objetos de valor de uno de ellos, huyeron del segundo antes de poder hacerse con botín alguno. «Quizá tuviesen miedo, o no viesen nada que les convenciese», comentan aún hoy los residentes del lugar. No obstante, la nula recaudación lograda en uno de los allanamientos apenas consuela el malestar general. «Esto ya dura demasiado; necesitamos que pongan las cámaras de una santa vez».
Precisamente sobre ese último punto se pronunciaba esta mañana Miguel Llanos, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales ‘Les Caseríes’. Tras haber recibido a varios de los partidos que concurrieron a las elecciones municipales del 28 de mayo, muchos de los cuales llevaban posibles soluciones en sus programas políticos, hasta el momento «no estamos viendo ninguna, y eso que está claro cuáles son: más refuerzo a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, y la colocación de las videocámaras». En ese sentido, Llanos y su equipo han hecho llegar esta semana un escrito al Ayuntamiento, exigiendo plazos concretos para la instalación de unos dispositivos que están aprobados desde hace un mes. «Los ánimos están tensos y decaídos, porque se ha estado esperando por ellas casi un año», recordaba. Eso sí, lo que no se plantean es recurrir a patrullas ciudadanas, pues «podrían traer más problemas, aparte de que una persona ve a cincuenta mejor de lo que cincuenta vern a una».
«Creíamos que, como ocurrió el año pasado, en verano estaríamos tranquilos; ha sido un mazazo comprobar que no»
Esa valoración, empero, no es compartida por Mabel Pérez, que encabeza la Plataforma Vecinal de Castiello. Tanto es así que, a la vista de lo sucedido el pasado sábado, desde el colectivo que lideran ya estudian retomar las movilizaciones de antaño, y volver a formar grupos de patrulla que alerten y disuadan. «Cuando nos visitaron los partidos, y vinieron todos menos el que está ahora en el gobierno, nos dijeron que las cámaras tardarían seis meses; eso es demasiado tiempo, y ya estamos cansados», recalca. Su descontento se extiende a ‘Les Caseríes’, a cuyos responsables afea que «se han limitado a enviar escritos, pero las concentraciones y protestas, con las que algo se consigue, siempre las hemos organizado nosotros».
Además, el impacto psicológico generado por ambos asaltos ha sido doble, ya que «el verano pasado la oleada de robos se redujo, y pensábamos que esta temporada estival podríamos estar tranquilos, pero ya se ha visto que no va a ser así. No se puede vivir con la tensión constante de preguntarse si, al volver a casa, te la encontrarás desvalijada».
Por su parte, desde la Policía Nacional desaconsejan categóricamente la constitución de patrullas vecinales, un recurso que, alertan, podría degenerar en serios perjuicios si los delincuentes son violentos, y están entrenados y armados. Por el contrario, sus agentes sí animan a que la población alerte de cualquier actividad sospechosa, por mínima que sea. «Muchos vecinos se resisten a llamarnos por temor a que, al final, no sea nada; que lo hagan, pues estamos para eso, y siempre será mejor prevenir que curar», enfatizan en el cuerpo.