Una cosa es hablar, y otra bien distinta es comunicar. Hablar lo puede hacer cualquiera, pero comunicar sólo puede conseguirlo el que sabe cómo, por qué y para qué se dirige a otras persona. En esto consiste la oratoria, el arte de hablar en público que permite vencer al miedo, aprender a hilar buenos discursos, captar la atención del oyente, controlar las emociones o ser capaz de transmitir un mensaje causando el impacto deseado. Y hacerlo todo ello, además, con la entonación y los gestos más adecuados según el momento. Estos son algunos de los beneficios de la oratoria, un conjunto de técnicas que dominan a la perfección Ángela Fernández y Ainara Martínez, dos alumnas del colegio público Miguel de Cervantes, bronce en un concurso a nivel nacional.
La importancia de formarse en oratoria
La capacidad humana para hablar de forma fluida y, en el mejor de los casos, de hacerlo con la propiedad suficiente para convencer al oyente. Así podemos definir la oratoria. En el Miguel de Cervantes conocen bien su importancia para los alumnos, y por ello se forman en ella a lo largo de todo el curso escolar, junto a otras actividades de comunicación, hablar en público o debate. ¿El resultado? Tercer puesto en el Certamen Nacional de Oratoria de Barcarrota, y el único centro del norte de España en llegar a la fase final.
Junto a David Vega, de la Asociación Habla Gijón, el colegio lleva tiempo trabajando en debates con los alumnos. Este año, al conocer la existencia del concurso, decidieron que los de 5º y 6º de Primaria se formaran en oratoria. Algunos de ellos decidieron presentarse, y la sorpresa llegó cuando les comunicaron que Ángela y Ainara eran finalistas.
Un jurado especialista valoró más de cien vídeos a lo largo del concurso de diversos temas. La edición, telemática por la situación sanitaria actual, versó en la fase final sobre si la pandemia nos ha hecho mejores. El jurado también tuvo en cuenta los “likes” en el vídeo, superando las gijonesas los 220 en el vídeo final.
Para José Luis Sagredo, profesor en el Miguel de Cervantes, «decirle a unas niña del Cerilleru, con las circunstancias en las que estamos, que han quedado finalistas a nivel nacional está fuera de su cabeza. Esa ruptura de las fronteras mentales, que tanto me interesa siempre, se ha producido», explica sin esconder su felicidad.
El año que viene volverán a presentarse. Y a Ainara y Ángela este bronce ya no se les olvidará en la vida. Mientras en una gran mayoría de las aulas el arte de hablar elocuentemente y convencer aún no se trabaja, en el Miguel de Cervantes la oratoria hace tiempo que dejó de ser una asignatura pendiente.