Casi un cuarto de siglo después, los tres finalistas de aquella icónica primera edición de Gran Hermano, vuelven a verse las caras en televisión
Corría el año 2.000 cuando un nuevo reality, hasta entonces desconocido en España, abría sus puertas. Gran Hermano iniciaba así su andadura, y tres meses después, sus finalistas –Ismael Bero, Ania Iglesias y el asturiano Iván Armesto- salían triunfantes y con el cariño y el reconocimiento del gran público. Casi 25 años después, la misma cadena que entonces estrenaba el formato, Telecinco, fue anoche el escenario de un emotivo reencuentro con aquellos protagonistas de una primera edición que pasó a la historia. La magia ocurrió en el programa especial Babylon Show, conducido por Carlos Latre, que, caracterizado como Jorge Javier Vázquez, recibió a los concursantes, quienes se unieron a Marta Torné en una divertida parodia del casting original. En su intervención, el asturiano bromeaba: «Soy el estratega del programa».
El evento remueve la nostalgia televisiva, donde figuras como Armesto continúan teniendo un lugar especial en la memoria colectiva. Tras dos décadas, el asturiano ha consolidado una exitosa carrera como director de casting, colaborando con grandes cineastas nacionales, y ha sido visto en más de una ocasión con algunos de sus antiguos compañeros, con quienes guarda una bonita relación. Aunque sin duda su «hermano», su compinche de trastadas dentro y fuera de la casa, Ismael Beiro, sigue ocupando un puesto relevante en la vida del gijonés, como han demostrado en los últimos años, incluso en los peores momentos, cuando ante el fallecimiento de la madre de Armesto, Beiro recorrió 500 kilómetros para poder acompañar a su amigo, pese a tener que marcharse por trabajo a las pocas horas de llegar a Gijón.