“Nunca ganaré la batalla contra YouTube, pero me ha servido para abrirme otras puertas porque ven el mensaje y lo consideran necesario”
Nayara Malnero, sexóloga gijonesa
Entrevista de Josu Alonso, fotos de Omar Pardo
‘Cómo colocar un preservativo’ fue el vídeo que le llevó catapultó a la fama. ¿Había pensado antes dedicarse a la sexología?
Por motivos que desconozco, desde la adolescencia mis amigas siempre acudían a mi a preguntarme sobre relaciones de pareja y de sexo. No es que yo fuera más experimentada que las demás, estábamos al mismo nivel pero se me daban bien estos temas. Nunca había pensado dedicarme a ello. Tanto es así que con 14-15 años un amigo se me acercó y me dijo que de mayor iba a ser sexóloga. Mi respuesta fue llamarle guarro. Estudié Psicología en Salamanca y cerca está la Cruz Roja. Quería hacer algún proyecto y solo quedaban plazas en uno de VIH. Empecé con la sexualidad y se me daba muy bien, me sentía cómoda. La vida me llevó a eso. Cuando decidí subir mi primer vídeo, investigué primero que había sobre educación sexual en YouTube. Fue horrible porque a nivel pedagógico era todo muy malo. Entonces cogí una cámara compacta, utilicé una botella de Cardhu como trípode y me puse a grabar. Tardé una semana en hacerlo. Lo lancé y aluciné con la respuesta. Así hasta hoy.
¿Teme que se le agoten las ideas?
Que va. Este verano publiqué un vídeo de orgasmos a través de los pezones y ya había publicado uno hace tres años aunque no me acordaba. Recibo muchos mensajes con contenidos, siempre hay noticias… Además tengo un listado enorme.
En 2017 fue premiada por Youtube por llegar a los 100.000 suscriptores. Podría parecer chocante que le premien cuando, a la vez, le censuran algunos trabajos ¿no?
De hecho, llegué a crear una campaña en Change.org en contra de ellos. Por un lado, como tengo visualizaciones y doy tráfico a YouTube les intereso pero, por otro, hablo de sexualidad a pesar de que en mis vídeos nunca oirás una palabra malsonante o un mensaje politizado. Una de mis líneas rojas es que mi contenido no va a ser monetizado o, como mucho, al mínimo. Debería estar ganado un pastizal y no me como ni los mocos. Les sigo utilizando porque tengo muchos seguidores pero es completamente absurdo. Hay mucha gente que me dice que igual tengo la consulta llena porque me publicito. No puedo hacerlo porque me censuran todo. La gente me busca porque me necesita. Me querían eliminar mi primer vídeo y les envié un escrito argumentando que no podían hacerlo. Conseguí que lo desbloquearan para mayores de 18 años.
¿Confía en ganar alguna vez esa pelea?
Con estas plataformas no porque les quedan muchos años para avanzar a este nivel. Pero he ganado la batalla en otros lugares. Por ejemplo, me llamaron en su día para ser terapeuta del Sanatorio Covadonga, he entrado en colegios de curas y monjas de Asturias y de otros puntos de España… Al final ven el mensaje y consideran que es necesario. Un día me llamaron de un colegio religioso y me dijeron que podía hablar de lo que quisiera pero no podía decir la palabra preservativo. Les explique que mi formato era dar una mini charla o poner un cortometraje y luego dejo a los alumnos que lleven la conversación. Cuando llegué al aula les pregunté de que querían hablar y se levantó una mano y dijo que de sexo anal. Las pobres monjas no daban crédito. Al final todo cae por su propio peso y me parece muy bonito y muy gracioso.
Con 361.000 suscriptores, 46.000 seguidores en Instagram ¿Cómo se gestiona el tiempo?
Muy malamente (risas). Antes de que vinieras tenía unos 600 mails en mi bandeja. En Instagram suelo tardar 4-5 días en contestar. Tengo personas que me ayudan y priorizo mucho la gente en consulta sobre los mensajes. Duermo ocho horas y tengo tiempo libre. También es verdad que soy muy tajante. No es lo mismo contestar a un mensaje de dos líneas que un mensaje largo. Como tengo tantos contenidos, muchas de las respuestas están en mis vídeos.
También tiene varias publicaciones. ¿Escribir es una fuente de inspiración o de relax?
No (risas). Escribir un post en mi web sí porque la redacción no tiene que ser perfecta pero en los libros escribo bajo demanda. Mi primer trabajo fue más relajado pero el segundo me llamaron de la editorial en plena pandemia para que escribiera sobre sexo a distancia y lo hice en 16 días. Tenía que generar 50 ideas de creatividad erótica y la cabeza no me daba para más. ¡Hasta empecé a correr para oxigenar el cerebro!
‘Sexperimentando: Todo lo que no te atrevieron a contarte fue su debut en las librerías ¿supuso un punto de inflexión?
Fue plasmar mis vídeos de YouTube condensados en un libro y creo que fue un punto de inflexión para la educación sexual porque normalmente está enfocada a prevención de riesgos, infecciones y yo lo orienté de otra manera: la autoestima, el autoconocimiento, las relaciones igualitarias, como poner límites… y luego ya los últimos capítulos se los dediqué a la prevención. Es interactivo, con códigos QR… algo totalmente diferente. Ahora estoy trabajando con la segunda parte que es para padres.
¿Alguna fecha de lanzamiento?
Era para el marzo pasado así que será para el que viene (risas). La verdad es que no lo sé… En cuanto tenga tiempo.
“La pandemia ha beneficiado al autoconocimiento por encima del sexo en pareja”
¿La pandemia ha provocado cambios en el sexo?
Muchísimos. La gente se ha encontrado a sí misma y han visto que la cosa no iba bien. Muchos se han dado cuenta de que tenían que cambiar algo y al revés. Hay parejas que han mejorado porque han tenido tiempo para invertir en sí mismos de forma más relajada.
¿Han crecido las consultas telemáticas?
Tenía mucho volumen porque trabajo con gente de habla hispana de todo el mundo pero desde la pandemia mucho más. Solo ofrecía consulta online y durante la cuarentena estuve trabajando a destajo. La gente cada vez confía más. Me planteé trabajar solo online pero me dio un poquito de pena porque aquí (en la consulta) también estoy cómoda.
¿El coronavirus ha beneficiado más al sexo en pareja o al autoconocimiento?
Yo diría que a la segunda independientemente de la pareja. Muchas se han dado cuenta de que no se soportan y verte encerrado con una persona con la que hace años que no tienes química es complicado. Antes eran quince días de vacaciones al año y ahora han sido tres meses encerrados. Cuando uno se detiene y observa, encuentra la realidad.
Del vasco siempre se ha dicho que le cuesta ligar. ¿Qué decimos del asturiano?
Esto es una cuestión social y de habilidades. El vasco es muy de su cuadrilla y son poco sociables con otras cuadrillas. En Asturias, hay un fenómeno que es que hablas con cualquiera. El asturiano se ha acojonado o se ha vuelto un poco torpe porque las asturianas somos muy sociables. Veo que les han cogido la delantera y sienten que ya no son cazadores, son cazados y eso les acojona porque pierden el control de la situación. Muchos de mis pacientes me dicen que no saben cómo llevarlo.
¿El gijonés, si me permite la expresión, es de otra especie?
Tampoco es eso. Es un hombre más sociable, más afable, con muchas habilidades sociales pero que se tiene empoderar un poco también.
¿Y le cuesta verbalizar sus pensamientos?
Eso a todos los hombres en general. La comunicación emocional es muy difícil y es algo que tengo que trabajar siempre con los chicos. Es verdad que el que lo consigue aprende a comunicarse mucho mejor, a ligar, a tener mejores relaciones de pareja y es más feliz porque reconoce sus emociones y las saben gestionar.
No te pierdas la primera parte de la entrevista: «¿Acaso creen los hombres que nos gusta que anónimos nos enseñen sus genitales?», Nayara Malnero, sexóloga
Josu Alonso es colaborador de miGijón y periodista de Cadena SER Gijón