El Gobierno local anuncia que el Consejo de Movilidad se reunirá el 14 de enero para abordar la modificación de la Ordenanza y los posibles cambios a aplicar para aliviar los problemas de aparcamiento; la creación de una tarifa rotativa intermedia suena como una de las medidas estrella
Está claro que, con el año 2024 a punto de acabar, la Concejalía de Tráfico, Movilidad y Transporte Público de Gijón entrará en el 2025 manteniendo su lucha en los que son, a día de hoy, sus dos frentes más importantes: la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en La Calzada y la modificación, si no la ampliación, de las áreas del municipio sujetas a la Ordenación y Regulación del Aparcamiento (ORA). Dos cuestiones, en la práctica, enmarcadas dentro de ese gran problema enquistado que es el del estacionamiento en la ciudad, agravado en los meses veraniegos, cuando la llegada en masa de turistas convierte encontrar aparcamiento en una tarea poco menos que dolorosa. Y esta misma mañana el edil Pelayo Barcia ha comparecido ante los medios para dar a conocer el resultado de cierta encuesta elaborada por la consultora Invesmark sobre la recepción que entre los gijoneses tendrían los posibles cambios que se baraja aplicar en la ORA… Y para dejar claro un punto: ninguna alteración de la situación actual se llevará a término si no entraña un beneficio directo y tangible para los vecinos.
«No se hará ningún cambio si no logramos que los residentes paguen menos, o nada, por la tarjeta ORA«, ha sentenciado Barcia, acompañado por Daniel González, director de Invesmark. Fue el equipo de esta última empresa el que, a petición del Consistorio, entre el 19 y el 25 de noviembre realizó un total de quinientas encuestas entre los habitantes de Gijón, a fin de evaluar la importancia del vehículo privado en las familias del concejo, el grado de implantación de la tarjeta ORA en cada hogar, la percepción general del problema del aparcamiento y con qué ojos, buenos o malos, se acogerían los cambios. Cambios, conviene recordar, que, si bien se hallan en fase de estudio, a expensas de que se modifique la Ordenanza de Tráfico, incluirían la ampliación de la ‘zona azul’ en barrios como El Llano, El Coto, Ceares o el Polígono, o el establecimiento de nuevos espacios de estacionamiento regulado durante la temporada estival en El Bibio, El Rinconín, El Molinón, el entorno del Museo del Ferrocarril y la zona de Poniente. Incluso se baraja la posible fusión de los doce espacios ORA actuales en uno único, para eliminar las fronteras entre las zonas actuales, o la gratuidad de la tarjeta para los locales. Todas esas posibilidades serán puestas sobre el tapete el próximo 14 de enero, día en que se reunirá el Consejo Sectorial de Movilidad para abordar el asunto.
Por el momento, para Barcia y el Gobierno el punto de partida es favorable en cuanto al apoyo vecinal. Según el informe elaborado por Invesmark, detallado ante los medios por González, el 69,1% de los encuestados ve beneficioso la implantación de esas nuevas zonas de estacionamiento regulado en verano, al tiempo que un 74% secundaría la creación de una única ‘zona azul’, o la reducción de las trece actuales a una cifra inferior. El entusiasmo decrece en los barrios en los que se expandiría el servicio, especialmente El Coto, El Llano y el Polígono; allí, sólo un 52% de los consultados piensa que la llegada de la ORA mejoraría las opciones de aparcamiento. Ahora bien, el porcentaje se eleva a un discreto 55% de apoyo entre quienes habitan en las áreas de Gijón valoradas para crear estacionamientos regulados veraniegos. Por lo que respecta a la siempre delicada faceta económica, un 65% de los encuestados se confiesa satisfecho con la tarifa actual de 45 euros al año; otro 86,8% consideraría adecuada la gratuidad de la tarjeta ORA, y un muy mermado 44,7% aprobaría la extensión del cobro de la ORA al mediodía.
Desde ese punto de partida, y si bien resultará difícil que alguna de las modificaciones entre en vigor antes de enero de 2026, la pretensión de Barcia y del Ejecutivo es rescatar el concepto de la ORA como servicio de rotación, una posibilidad inviable mientras la renovación de los tickets en las máquinas de ‘zona azul’ pueda abarcar la totalidad del día. Se trataría, en esencia, de forzar la liberación progresiva de plazas ocupadas por visitantes, lo que podría ir de la mano de la implantación de una tarifa intermedia entre la actual tarjeta de residente y la compra de tickets de duración limitada. En este caso, ha detallado el concejal, el ejemplo a seguir podría ser el de la Empresa Municipal de Transporte Urbano (EMTUSA), que brinda la posibilidad de acogerse a tres tarifas distintas dependiendo de si es vecino de Gijón, usuario habitual o pasajero circunstancial. Ahora bien, la opción de unir en una única zona ORA la docena presente es, a juicio de Barcia, menos realista, ya que, según han transmitido los gijoneses, podría «fomentar que usuarios con tarjeta se muevan dentro de ella sin pagar».
Como queda patente, todavía es mucho lo que resta por decidir, aunque en el Ayuntamiento tienen claro que las dinámicas que se dan hoy por hoy no son sostenibles. Consciente de ese punto, el edil ha aclarado que, en el momento en que se creó el modelo ORA, allá por la década de 1990, «Gijón era una ciudad industrial», ajena a la presión turística que el correr de los años y el aumento de su popularidad nacional e internacional han propiciado. «No es normal que haya furgonetas y caravanas aparcadas todo el verano en determinados sitios, como pueda ser el aparcamiento de El Molinón», ha exclamado Barcia, defensor de que esas conductas no favorecen la rotación, precisamente. Un hecho que coexiste con otro, puramente matemático: en los últimos tiempos las plazas de aparcamiento disponibles ha bajado de 6.500 a 4.442 y, de esas últimas, un promedio de entre 350 y 400 mensualmente quedan fuera de servicio por la ejecución de obras, y mientras dura la tramitación de permisos. Detalles todos que, ni mucho menos, contribuyen a resolver el problema del estacionamiento satisfactoriamente…
Las últimas palabras del concejal en su comparecencia de este lunes han ido dirigidas a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), cuyo proyecto también se abordará en el Consejo fechado para el 14 de enero. Sobre ese particular, Barcia ha recordado que, una vez se presente, se podrán presentar alegaciones antes de su votación en el Pleno, sesión de la que podría salir su aprobación inicial. A partir de ahí, y una vez acabada la fase de registro de enmiendas, sólo restaría la aprobación final y su publicación en el Boletín Oficial del Principado (BOPA). Un proceso aparentemente sencillo, pero que, ha advertido el edil forista, dependerá del volumen de alegaciones que las diferentes fuerzas municipales presenten. Y, por el momento, nada hace pensar que esa cantidad vaya a ser escasa.