«Los playos piden pero no nos votan, hay que tener morro. En fin, que espere la periodista, para lo que va a escribir, puede entretenerse mirando la colonia de gatos. Esos son los que mejor viven en el barrio…»


Qué difícil es producir para y por el pueblo. Esta ciudad conoce como pocas la palabra ingratitud, uno se deja la piel en su cometido y total para qué. De cuando en vez un tipo que se cree muy ocurrente, en miGijón, te pone pingando y critica lo que no conoce en profundidad. Así son algunos «escribanos» de colmillo retorcido, dispuestos a intentar derribar a los cargos que sostenemos ese pálpito cultural de un Gijón del alma que se supera año tras año. Gracias al esfuerzo de los que trabajamos el magín. Ir a la contra es lo más fácil del mundo, que propongan con seriedad los del barrio alto y que dejen de marear la perdiz. Hoy tengo visita en Tabacalera, me siento como el mayordomo con las llaves del castillo, otra periodista de Madrid. No le vale el dossier que le entregamos en mi despacho, quiere ver «el hueso sin tuétano»con sus propios ojos y me hará mil preguntas. No quieren darse cuenta de lo que va a ser la antigua Fábrica de Tabacos en ocho o diez años, una referencia cultural de primer orden en este país. Estamos atravesando un proceso que dará paso a la estabilidad del proyecto si tenemos la paciencia suficiente y votamos con cabeza en mayo, luego ya no valdrán lamentos. Los playos piden pero no nos votan, hay que tener morro. En fin, que espere la periodista, para lo que va a escribir, puede entretenerse mirando la colonia de gatos. Esos son los que mejor viven en el barrio… Me vendría bien una escapadina esta Semana Santa. Volver a la isla de San Andrés con Nélida, vieja amiga de Gabo, en su casa con porche y las mejores vistas al caribe colombiano. Sombrero Panamá, camisa de lino y una copa helada de ron con limón después del paseo por el malecón, al atardecer. No pido tanto, el partido tiene que entenderlo, necesito recuperar fuerzas antes de la campaña. Estaré en la segunda fila pero sé que voy a fajarme en el ring, a la altura del octavo o noveno asalto…
Me voy a tomar un café antes de subir a Cimata. Con un poco de suerte la madrileña igual se cansa de esperar y se pira. Dónde estarán las llaves del «Convento». Puñetera Tabacalera, los dolores de cabeza que me regala. Vendrán tiempos mejores, lo sé, es una cuestión de esperanza y parece que la gente no lo entiende… A veces me acuerdo de mis noches de farra en el Babilonia, Plaza y Bola 8, no tenía un duro pero disfrutaba con mis amigos… Inés me quería y la vida madrugaba sin dobleces un lunes cualquiera. Inés me quería y yo quería a Inés…
Ahora tengo un cargo, confían en mí, no me quejo del sueldo y hoy y solamente hoy me da por añorar mis madrugadas de universitario pobre, abrazado a Inés. En un barrio alto que entonces sonreía mi compañía.