El cementerio de Deva se integra dentro del entorno natural del Monte Deva
Estos son los días más concurridos en los cementerios, lugares que tradicionalmente se han visto relegados a las afueras de las ciudades, manteniendo un halo de oscuridad y tristeza para muchas personas. Sin embargo, en Gijón contamos con un espacio algo distinto, que manteniendo su función original, la de albergar las cenizas y nichos de los fallecidos, consigue también situarse como una área agradable que visitar o por la que simplemente dar un paseo: el cementerio municipal de Deva.
Un lugar en el que predomina el verde y que persigue el concepto de cementerios vivos, «antes el cementerio era más para los fallecidos y ahora la idea que tenemos es que deben ser lugares acogedores para el recuerdo y que formen parte de la vida», así lo explica Mónica García, gerente de la Sociedad Mixta Cementerios de Gijón (CEGISA).
Inaugurado en 1999, el cementerio está situado en el entorno natural del Monte Deva, en donde se encuentra perfectamente integrado, siendo ese uno de sus principales atractivos. En él se distinguen varias zonas, entre las que encontramos nichos, urnas y salas de columbarios; zona de panteones; tumbas para inhumaciones bajo tierra; y el Bosque de las Cenizas, en el que predominan los árboles sobre las cenizas de los difuntos, perfectamente identificadas con una placa.
Un Bosque que, tal y como nos cuenta la gerente de CEGISA, será necesario ampliar, «del año pasado a este se duplicó la venta de árboles», y es que en los últimos años no deja de aumentar el número familias que eligen la cremación frente a la inhumación tradicional. Por ello, el Bosque no es la única opción que ofrece el cementerio para depositar las cenizas, ya que las familias pueden elegir también alternativas sin coste, como esparcir las cenizas en la pradera o volcarlas en el pebetero. «Es importante recordar», señala García, «que no está permitido esparcirlas en cualquier sitio».
Este no es el único espacio en plena expansión del cementerio, «hemos creado 4 sepulturas nuevas, 6 minipanteones, que están a punto de terminarse y hemos ampliado el bosque de cenizas. Además, esta previsto antes de finales de año hacer una sala de columbarios con 150 unidades, y 28 urnas». Unas obras que siempre responden a las necesidades existentes, tal y como nos cuenta su gerente, «aunque se apruebe el presupuesto si no hay necesidad no lo ejecutamos, esperamos hasta que sea necesario». García reivindica así este espacio, que visita «mucha gente que tiene reparo a ir a un cementerio, pero cuando entra Deva se sorprende y encuentra otro concepto».