Desde el espacio comunitario advierten de que «el reto cada vez es mayor, con una pirámide de población muy invertida», y claman por «no bajar la guardia» a lo largo del año que viene
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Navidad y solidaridad, dos conceptos que tradicionalmente discurren de la mano en los compases finales de cada año. Y precisamente atendiendo a esa sinergia, tan arraigada en la sociedad occidental como el intercambio de obsequios o las doce uvas en Nochevieja, la directora técnica del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias, Ana María Ojea, ha hecho este lunes un llamamiento a la «solidaridad» de los asturianos ante la creciente demanda de sangre que se está registrando en estas fechas festivas. Un aumento del consumo que suele ser habitual en este periodo, pero que este 2023 se ha incrementado al registrarse diversas urgencias que hacen más necesaria la donación, especialmente de los grupos ‘O’ negativo y positivo, así como de componentes sanguíneos como plaquetas o plasma.
Ojea explicaba ayer que la donación se mantiene prácticamente estable en términos absolutos respecto al pasado ejercicio, del orden de 40.200 dosis a estas alturas del año, aunque con un ligero descenso del 0,5% en términos relativos. El consumo también ha disminuido en promedio un 1,4%, «por lo que en términos estadísticos la relación es adecuada porque desciende más el consumo que la donación». Ahora bien, ese consumo «no es lineal y hay momentos de alta demanda», como el que se está registrando actualmente, y que produce «desequilibrios». Algo que, por otra parte, tampoco se aleja de la tónica general, a la que se suma el progresivo aumento de la necesidad de plaquetas. «Cada vez tiene más valor este componente», afirmaba la directora técnica, señalando especialmente la demanda para atender tratamientos oncológicos, trasplantes o cirugía cardiaca. «Sólo 2023 se ha registrado un aumento del 5% del consumo de plaquetas», advirtiendo de que su rápida caducidad, en siete días, «requiere donaciones habituales». Para una unidad terapéutica de plaquetas se necesitan cinco donaciones convencionales o donaciones específicas con el procedimiento de aféresis que se practica en las instalaciones de Oviedo, Gijón y Avilés con cita previa.
El envejecimiento poblacional, la gran amenaza del futuro cercano
Respecto al plasma, desde 2022 se ha implementado la donación por plasmaféresis, un procedimiento que permite obtener el doble de este componente sanguíneo que en la donación convencional y que también se realiza con cita previa en los centros de Oviedo y Gijón. Desde el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos recuerdan que no se puede donar con catarro, que precisa unos 15 días de espera. De hecho, se requiere una evaluación médica para garantizar que una persona es apta para la donación, bajo el único requisito previo de ser mayor de edad. Aunque más de la mitad de las donaciones fueron de menores de 35 años en 2022, la edad media de donantes habituales en Asturias está entre los 45 y los 55 años. En ese sentido, las campañas se están centrando cada vez más en el relevo generacional y su fidelización.
Junto a maratones en épocas festivas, el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos cuenta con una programación anual para la captación de jóvenes donantes y promoción de la solidaridad entre los más pequeños con concursos, talleres y charlas en los centros educativos. «El reto cada vez es mayor, con una pirámide de población muy invertida», incidía ayer Ana María Ojea, instando a «no bajar la guardia» y a avanzar en el compromiso de la «solidaridad».