Uno de los ‘chigres’ tradicionales más nombrados de la ciudad dijo este domingo adiós tras casi seis décadas de sidra bien tratada y cocina casera en Manuel Llaneza

Fue en el año 1967 cuando el Chaflán abrió sus puertas en la esquina de Manuel Llaneza, en aquel momento llamada Calvo Sotelo, con Schulz, para poco después cambiar a su local actual, unos pocos metros más allá, en el que ayer se despidió de su clientela de estos últimos 58 años. Lo hizo en una jornada muy emocionante para su equipo después de semanas frenéticas con el bar completo, lo que llevó incluso a tomar la decisión de no coger más el teléfono fijo ante la imposibilidad de dar más reservas.
Lucinda Álvarez se jubila y su hijo Víctor decide tomarse un descanso. Para el recuerdo queda su carne a la piedra, los solomillos a una cara, los espárragos rellenos de jamón o los chipirones a la plancha. También el cuidado que se daba a la sidra en el local, algo que, por desgracia, se está perdiendo en muchos negocios que venden esta bebida tan nuestra y cuya cultura fue reconocida recientemente Patrimonio Inmaterial Cultural por la UNESCO.