Veri Corral Inmobiliaria completa la venta del icónico edificio, adquirido como inversión por un comprador nacional que, por el momento, no realizará actividades en él; el precio de salida del inmueble fue de 800.000 euros
Dos años y medio después del cese de la que fue una actividad con más de seis décadas de solera, Calzados Chiqui sigue siendo una pieza icónica de la fisonomía urbana de Gijón. Coronado por la gran efigie del risueño y, una cosa no quita la otra, también travieso niño que, gomeru a la espalda, daba la bienvenida a los miles de clientes que durante su tiempo de actividad comercial vistieron sus pies allí, el veterano edificio se ha convertido en un vecino más para los propios, en todo un reclamo para los ajenos… Y en una presencia con su futuro como emblema local razonablemente asegurado, ahora que Veri Corral Inmobiliaria ha completado la venta del inmueble. Una transacción realizada sin incidentes, cargada de simbolismo y que para sus protagonistas, ellos mismos así lo reconocen, no ha sido una más.
«Por todo lo que significa el ‘Chiqui’ para Gijón, era imposible que nos tomásemos esta operación como otra cualquiera«, admite Iván Álvarez, director de la oficina que Veri Corral opera en suelo gijonés. La casualidad o, si se prefiere, el destino ha querido que las dependencias desde las que él y su equipo trabajan estén a escasos metros del bloque, en uno de los flancos cercanos de la plaza del ‘Parchís’. Por eso, por el hecho de que «lo tenemos delante», el haber consumado su venta adquiere aún más valor emocional… Que se multiplica todavía más, si cabe, gracias a un dato que Álvarez se apresura a reseñar: las generaciones y más generaciones de vecinos que compraron sus zapatos allí. Él mismo, de hecho. «Todos hemos ido a ‘Chiqui’ de pequeños, o de mayores, a comprar calzado; eso lo hace aún más especial. Y las cosas se han desarrollado sin ninguna incidencia, cosa que no podemos dejar de agradecer», concluye el director.
El nuevo propietario del edificio, cuya identidad Álvarez, en atención a la discreción, al respeto y a la profesionalidad, prefiere reservarse, es un comprador nacional que, por el momento, no se plantea hacer modificaciones, desarrollar en él actividades o reabrirlo al público. «Ha sido adquirido como una inversión», detallan en Veri Corral. Ellos mismos, al inicio del proceso ahora consumado, fijaron el precio de salida en 800.000 euros. Ahora queda por ver si, más allá del cambio de titularidad, el letargo en torno al ‘Chiqui’ permanece en el tiempo… O si, por el contrario, volverá a ser un foco de atracción para tantas personas como lo fue en sus viejos buenos tiempos.
El autor del hermoso dibujo fue Conrado Sabugo Calderón, profesor en el CODEMA. Un gran tipo.