«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.
«Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial», explica su protagonista
La conexión entre los habitantes de Asturias y el entorno natural resulta innegable. Una mayoría de asturianos sabe que la fauna y flora regionales son los elementos que hacen de su comunidad ese ‘Paraíso natural’ de fama mundial, y por ello la protección de los parques naturales, bosques y animales quizá nazca de forma casi adquirida en la Tierrina. De esa afinidad entre el humano y entorno surgen a veces verdaderas historias propias de un cuento de Disney, como ocurre en un rincón del concejo de Nava desde hace tiempo. En la zona de la Sierra de Peñamayor y Les Praeres vive Aladino Monte, propietario del restaurante que bautizó con ese mismo nombre y que se convirtió en lugar de encuentro con un animal muy especial.
El camino de este hostelero naveto se cruzó hace 11 años con una venada que todavía era entonces una pequeña cervatilla sin su madre. La cría recién nacida de venado estaba desnutrida y sola intentando mamar entre vacas cuando el vecino de Les Praeres la encontró, y por eso decidió llevarla a casa y amamantarla. Según llegó a contar Aladino a distintos medios, es probable que la madre del animal «se muriese después del parto» o le pasase algo, quien a partir de entonces comenzó a marcar con un distintivo a Bambi (el nombre que le puso) para que los cazadores la diferenciasen de otros ejemplares, además de pedirles que no la matasen.
Desde ese momento, se ha creado un vínculo muy especial pocas veces visto y que se ha convertido en una historia de fraternidad humano-animal de la que se han hecho eco muchas publicaciones. Bambi creció y continuó su vida viviendo en libertad bajo la ayuda y supervisión de su improvisado cuidador, y es ahora una venada adulta. Su historia de amistad y solidaridad todavía hoy perdura y además, como explican medios como la TPA, ha provocado que Aladino dejase la caza, una actividad que antes desarrollaba con bastante frecuencia. «Desde que tengo a esta, prefiero morirme que matar a un venado. Es lo mejor que me pudo dar la vida, es especial«, ha expresado.
Bambi y Aladino nunca han perdido el contacto diario. Cada día, los clientes del restaurante Les Praeres pueden esperar pacientes la llegada de la cierva, que acude sin fallo a visitar a su amigo. Juntos también recorren los montes en largos paseos donde disfrutan de la compañía mutua y protagonizan una historia de convivencia desde Asturias de esas de tomar nota.