«Lo que hacemos le hace gracia a la gente» expone María Boto, la propietaria de este establecimiento recientemente abierto en El Muelle, que acumula más de 63.000 visitas sólo en TikTok con un vídeo en el que explica de manera teatralizada la invisibilización a la que le condena temporalmente unas obras en la fachada

El 30 de diciembre abrió sus puertas la bocatería Avalon en el pequeño local de mismo nombre en El Muelle que tiempo atrás funcionó en formato pub. Pasada la Navidad, y después de afrontar los duros meses de enero y febrero, «un día mi padre fue a limpiar y de repente mandó la foto del andamio, y dije ‘madre mía, de donde salió esto de la noche a la mañana’». El andamio, una estructura que invisibiliza temporalmente a este local familiar enfocado a dar energía a las personas que disfrutan de la noche gijonesa pero que, a la par, ha servido para dar a conocerlo más allá de las fronteras asturianas.
Y es que un vídeo al respecto elaborado dentro de una campaña improvisada, «en un momento de desmotivación», para publicitar el Avalon empleando las redes sociales ha caído en gracia y ha traído consigo nuevas piezas audiovisuales. «Tengo a Estela Mier, que es mi amiga y se dedica a esto. Todo lo que está pasando en gran parte es gracias a ella, es quien me edita los vídeos, quien me motiva a ser como soy yo, porque mi personalidad es ésta. Un día le dije: ‘Y si hacemos un vídeo de lo del andamio diciendo que nos está obstaculizando como si fuera el drama de nuestra vida’. Y me dijo, sí, es superbuena idea. Y lo hicimos, pero nunca pensé que fuera a hacer tanta gracia», comenta María Boto, su propietaria.
Y así ya acumula miles de visitas en su diferentes cuentas en redes sociales. Por ejemplo, el del andamio llega ya a las 63.000 visualizaciones. «Me llamaron de GarcíaRama —empresa que está ejecutando las obras— y todo, porque yo mandé un correo pidiendo la lona que no sé si se perdió o qué, pero nunca me contestaron, aunque la lona tampoco iba a hacer milagros y menos de un bar de noche. Me dijeron que no les había llegado nada, que me la ponían sin problemas», apunta al tiempo que matiza que «tampoco era una crítica a GarcíaRama, ni muchísimo menos. Entiendo el porqué del andamio. Hay que hacer humor de todo». De seguido reflexiona que «nuestro tipo de humor le hace gracia a la gente. Es un formato muy ‘Paquita Salas’».

Ya no son pocos los clientes que pasan por el local la noche de los viernes y de los sábados, días de apertura de la bocatería hasta la llegada del verano, cuando se plantea la instalación de una terraza y ampliar horarios, para probar sus «bocatas de pollo, lomo, hamburguesa, tamién bebidas de todo tipo, perritos, patatas…» y le dicen ‘te vi en TikTok’. «Pero de verdad que no soy tan graciosa, lo parece, pero no lo soy», expresa.
De momento, tendrá que lidiar con la fama y, también, con el andamio, que será retirado, de no haber complicación en los trabajos, en mayo. «Sí que es verdad que de noche no se ve nada. Compramos unos focos de color verde para que iluminase, pero nada. Y no puedo abrir el toldo, porque con el toldo ya hace bastante», señala con resignación esta estudiante de Comercio y Marketing y agente inmobiliaria de 24 años, pero con una sonrisa que nunca le falta.