Varios vecinos de portal admiten no conocer al arrestado ni tampoco saben determinar cuánto tiempo lleva viviendo allí: «En ese piso los inquilinos rotan cada poco»
La mañana de este domingo amaneció con la sorpresa bien temprana para los vecinos de la calle Ribadesella de Gijón de una detención a las puertas de su casa. Un hombre de 44 años de edad, vecino en uno de los edificios de la calle ubicada en el barrio de Laviada, fue arrestado por la brigada de Policía Judicial de la Comisaría del Natahoyo como presunto autor de la brutal violación a una menor de 17 años en la zona de Somió el pasado miércoles 30 de octubre.
Dieciocho días de intensas pesquisas policiales en la investigación, coordinada desde la comisaría gijonesa con ayuda de la Unidad Central de Atención a la Familia y la Mujer (Ufam) en Madrid, han conducido hasta el actual detenido, que cuenta con antecedentes por delitos de naturaleza similar a la agresión perpetrada en el camino de los Lirios, calle del entorno de La Guía y Cabueñes, el día 30 sobre las 19.00h de la tarde. Desde los inicios del caso, este se ha tratado como una de las investigaciones más «prioritarias» para la Policía Nacional de Gijón y que buscaron resolver «a la mayor brevedad posible» hasta conducir, por lo pronto, hasta el barrio de Laviada.
Desde allí, la noticia ha pillado a los vecinos totalmente desprevenidos, en especial a aquellos que compartían portal y escalera con el presunto agresor. Una de las residentes en el edificio vive unos pisos más arriba del inmueble en el que se produjo la detención y no se enteró del despliegue policial de coches y furgones repartidos por la calle hasta que un amigo suyo fue a visitarla y la alertó de lo que estaba ocurriendo. Siendo muy temprano en la mañana, hubo otros que ni se enteraron de lo ocurrido hasta leer la prensa y reconocer su dirección en las descripciones e imágenes de las noticias.
Algunos residentes en ese mismo inmueble consultados por este diario admiten no reconocer al detenido y han explicado que «en ese piso los inquilinos andan rotando cada poco y no para de entrar y salir gente de allí». El arrestado compartía vivienda con otras tres personas, a las cuales identifican algo mejor que al presunto autor de la violación, a quien no ponen «ni cara». Cuentan que ese piso alquilado, en concreto, tiene «bastante movimiento» en comparación con hasta otros dos inmuebles del edificio que también estarían en régimen de alquiler. En estos otros casos, según los vecinos, se trataría de personas con un tipo de arrendamiento «mucho más estable» en el tiempo que el de la otra casa, por eso en algunos casos no han llegado a conocer quien vive en la puerta de al lado y por eso mismo tampoco saben precisar cuánto tiempo llevan conviviendo con el hombre arrestado este domingo.
Vecinos de la calle reconocen que conviven con algún «foco conflictivo» de reyertas, pero en ningún caso consideran que exista una vinculación entre el detenido y esos entornos de conflicto
Otros vecinos, comercios y trabajadores en la misma calle también comentan que por allí resulta bastante habitual ver patrullas de Policía detenidas en la vía o pasando con sus vehículos patrullando la zona, debido a los altercados -de carácter menor- que se dan con frecuencia en el entorno de la estación y algún establecimiento. «Exceso de aforo, peleas o drogas» son algunas de las causas más habituales que llevan a los agentes a pasarse por la mencionada calle, afirman a este diario. A algunos, de hecho, la presencia de Policía esa mañana del domingo no les alertó en demasía, al pensar que se trataría de alguno de los episodios que se dan «cada semana» en la zona, pero en ningún caso supusieron que los agentes estaban procediendo a detener al acusado de protagonizar la violación de Somió ocurrida el mes pasado.
Reconocen que conviven con algún «foco conflictivo» de reyertas, pero en ningún caso consideran que exista una vinculación entre el detenido y esos entornos de conflicto. Hace menos de dos meses, en la calle Luanco paralela a Ribadesella, se produjo el apuñalamiento de un hombre a manos de uno de sus compañeros de piso, donde residían con otras 4 o 5 personas. El edificio en el que se produjo el suceso estaba dedicado en su totalidad al alquiler de las viviendas por habitaciones y, según vecinos del barrio, pertenecía a un único propietario. Ya entonces algunos residentes consultados por el diario también hablaban de inquilinos «muy cambiantes» en el inmueble y mucho «movimiento» de gente. «Siempre está así y siempre hay algún problema», llegó a mencionar el presidente vecinal de Laviada, Florencio Martín.
También, a la tragedia en Luanco y la detención del supuesto violador de Somió este domingo hay que sumar una tercera también con raíz en Laviada, con el hallazgo de un joven de 24 años fallecido y semidesnudo en un portal de la calle Avilés, paralela a Luanco más ‘arriba’. En este caso, los hechos ocurrieron hace algo más de un año y se pudo conocer que el fallecido había estado en un piso de citas en compañía de dos mujeres ubicado en la zona.
Más allá de la situación en Laviada, la reciente violación constituye un delito de carácter muy inusual en la ciudad. En la agresión, el atacante utilizó la fuerza para reducir a la menor, que transitaba sola, sacarla de la vía y consumar el acto. La labor policial comenzó inmediatamente, y desde el primer momento se sospechó que la autoría podía corresponder a alguien con antecedentes por delitos similares, a la vista del modus operandi empleado. En las próximas horas aún queda por ver si el juez establece secreto de actuaciones judiciales en el proceso penal en el que se valore el caso.