El exconcejal Ferrao defiende a Adriana Lastra: «Una persona con trabajo, inteligencia, lealtad y capacidad»

«Adriana Lastra batalló cada uno de sus días por esos valores porque nació, mamó y se formó en unos principios, socialismo»

La dimisión esta semana de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE ha provocado un aluvión de reacciones. Hay quien cuestiona que la asturiana haya dimitido, poniendo el foco en su maternidad en lugar de conciliar vida personal y laboral. Y son también muchos quienes han apoyado a la socialista. Uno de ellos ha sido el ex concejal del Ayuntamiento de Gijón Alberto Ferrao, que colgaba en sus redes sociales un amplio alegato en el que califica a Lastra como «una persona con trabajo, inteligencia, lealtad y capacidad».

A continuación puede leer el texto íntegro subido a redes sociales por Alberto Ferrao.

No soy nadie para defender a una persona que defendió con su tesón, validez, inteligencia y capacidad los valores socialistas, y lo seguirá haciendo cada uno de sus dias. Unos valores en donde los derechos de los trabajadores y trabajadoras son un principio fundamental de un partido que, en sus meras siglas, establece tales derechos con la O de «obrero». Adriana Lastra batalló cada uno de sus días por esos valores porque nació, mamó y se formó en unos principios, socialismo. Una manera de entender el mundo que quizás, aquellas que quieren dar lecciones, dígase Carmen Navarro, deberían ser más respetuosas y, por qué no, agradecidas. Lo digo porque, en el mayor de los absurdos, mezcla conceptos en esta carrera de desprestigio de la actividad política y en esa agresión constante a la democracia con el todo vale, enfocando sus desplantes en estos días a Adriana Lastra con declaraciones absurdamente sorprendentes.
Entre mis verbos anteriores puse «formó», porque dentro de los simples argumentos que durante años se echó en cara a la primera mujer vicesecretaria general del psoe en su historia de 143 años, era que no tenía ninguna carrera, universitaria por supuesto. No voy a decir nada sobre la importancia de la educación, pero también soy de aquellos que valoro la lucha por lograr objetivos, por conseguir sueños. Unos objetivos que en política, recuerdo, es mejorar la sociedad, el conjunto de la sociedad, mirando a través de unos valores e ideología. En esta sociedad que encumbra el trabajo y la consecución de objetivos, resulta que teniendo en frente a una persona con trabajo, inteligencia, LEALTAD y capacidad, se la crítica por ello.
Por último, respondiendo a Carmen Navarro, debe agradecer mucho al partido socialista y a mujeres como Adriana Lastra que durante su vida, y lo seguirá haciendo, se partió la cara porque, por ejemplo, en los partidos haya cargos de manera paritaria, mujeres como Carmen Navarro. Debe agradecer a Adriana Lastra como llevaba con orgullo su feminismo por el que luchaba en cada una de las batallas, que no eran suyas, eran de todas las mujeres. Estoy seguro que en una guerra por los derechos de la sociedad, por los derechos de las mujeres, la miembro del PP la llevaría a su lado si quisiera ganar esa contienda.
Y por último, un cargo no se puede considerar un trabajo. Un cargo es una responsabilidad, remunerada si así se establece, por supuesto. Si entiende de esa manera Carmen Navarro el cargo que ocupa, mal nos va a ir, mal le va al PP, pues si ve y ejerce su cometido como un mero trabajo, poco saldrá de las responsabilidades que tenga encomendadas, ahora nada menos que Politicas Sociales. Adriana ha dejado un cargo con responsabilidad, tomando la decisión acorde a sus posibilidades, no sólo de trabajar, de ejercer esa responsabilidad encomendada.
Quizás esta mezcla de conceptos que lanza el PP es porque Adriana Lastra es mujer, porque el embarazo es una fase hermosa cuyos riesgos deben ser tapados por la felicidad, porque no se entiende ni el dolor de regla, ni la libertad de decisión de un mujer. Quizás no entiendan que una mujer decide, una persona decide, una vicesecretaria general decide, una socialista decide. Tengo mis dudas de tan constantes ataques hubieran salido ante una dimisión masculina.