«Es una responsabilidad colectiva y no individual la de terminar con la discriminación en base al género«
Mujer, lesbiana, feminista, creyente, sensible, valiente, despistada, generosa, morena, bajita, gritona… me pueden describir de mil maneras y con cien mil adjetivos, pero apuesto a que lo primero que dicen de mí es mi género, ahí bien grande: Mujer. Y es que es una parte a la que la sociedad le da mucha importancia, el género, no porque sea importante en sí mismo, sino por cómo nos afecta, por la forma de tratarlo que se le da en la sociedad. En la nuestra por desgracia, aún prima el machismo.
Como mujer cis he conocido el machismo desde la más tierna infancia, he convivido con él y para muchas cosas lo he interiorizado y normalizado (por desgracia). Como la mayoría de las mujeres he visto la discriminación por razón de género en primera persona, he sido afectada por ella en múltiples formas a lo largo de mi vida, “las niñas no juegan así”, “para estar guapa hay que sufrir” “nadie te va a contratar en eso siendo una mujer, mejor estudia otras cosas”, limitando mi libertad,
condicionando mis decisiones, diciéndome qué cosas puedo o debo hacer en base a mi género, juzgándome haga lo que haga, si tienes hijos y trabajas “eres mala madre”, si los tienes y no trabajas “eres una vaga”, y si decides no tener hijos “eres una egoísta”, no hay elección segura, no hay acción segura y libre de criticas en base al género.
Pero no acaba ahí el machismo, no solo nos afecta en nuestra acciones, también en nuestra personalidad, en nuestra construcción como persona,, educándonos para callar, para ser sumisas, para obedecer, para preocuparnos por el que dirán, para culparnos a nosotras mismas cuando o si sucede algo, para temer…
No fui educada así por mis padres, o no únicamente (debo decir que lo han intentado, han intentado educarme en el feminismo dentro de lo que sabían), lo fui por toda la sociedad. Por eso eso es una responsabilidad colectiva y no individual la de terminar con la discriminación en base al género. No fue hasta que me rebelé contra todo lo conocido, hasta que me planteé si las cosas eran así de verdad o eran algo que se había filtrado lentamente hasta hacernos creer que era así, que existía esa diferencia de capacidades entre mujeres y hombres, cuando me di cuenta de que no, no la hay, que soy igual de capaz que cualquier hombre, que hay mujeres más fuertes que algunos hombres, que hay hombres mas sensibles que algunas mujeres, que a todo el mundo le puede gustar tener hijos y dar
amor.
De igual manera, a todo el mundo le puede gustar ser independiente y tener ambiciones profesionales o que a todo el mundo le puede gustar ir a la playa, nuestra forma de ser no tiene porqué tener que ver con nuestro genero. Ahí empecé a deconstruirme y desde entonces, soy activista, por esta y por muchas causas, pero siempre con una mirada feminista.
La mayoría de las mujeres han sido acosadas antes de llegar a la pubertad, sean o no conscientes de ello, muchas de nosotras borramos esas situaciones incomodas de nuestras cabezas, incluso las pasamos por alto, sucede tan a menudo que “son normales” pensamos, hasta que llega un punto en que te das cuenta, puede ser una agresión o puede ser simplemente que te plantees como están montadas las cosas en esta sociedad en la que vivimos, la cuestión es que al final llega ese momento en que te cansas de pasar por alto, o de permitir ciertos comentarios. Te cansas de ir con miedo por la noche, te cansas de fingir hablar por teléfono cuando te están siguiendo, y no, claro que no todos los hombres hacen esto, pero sí los suficientes para que a TODAS las mujeres nos haya pasado al menos una vez temer por nuestra vida, y solo por el hecho de ser mujeres.
Ahora súmenle al riesgo de ser mujer ser lesbiana. La discriminación se multiplica, si ya una mujer es considerada un objeto sexual, dos juntas imagínense lo que tenemos que aguantar (bueno, ¿tenemos? No creo.) desde miradas, preguntas y agresiones verbales “¿odias a los hombres” “yo te vuelvo hetero en cuanto te pille a solas” “eso es que no has probado una buena polla” (que por cierto, existen mujeres con polla, genios), tocamientos indeseados, invasión del espacio vital acoso o incluso agresiones sexuales (como la “famosas” violaciones correctivas que por suerte yo no he sufrido y que en España son ilegales) entre otras muchas cosas que no tengo tiempo ni ganas de enumerar.
Por eso el feminismo es importante porque hay que educar para que sepamos defendernos sí, pero lo principal es educar para que no nos ataquen, educar a los niños, a los chicos y los hombres (y a todas las personas) a respetar desde que son pequeños, porque levantarle la falda a tu compañera de clase, no es gracioso, porque en el futuro no queremos una sociedad donde los hombres piensen que pueden hacer lo que quieran con nuestros cuerpos o nuestras vidas, ¿verdad? Por estos y miles de motivos más celebro este día, en el que puedo ver que no estoy sola que hay miles de mujeres y personas que han realizado una reflexión similar a la mía, que se han dado cuenta que el género no marca la diferencia, o no debería, que las mujeres al igual que el resto de personas somos diversas y podemos ser COMO QUERAMOS, veo personas que luchan día a día por eliminar estas desigualdades que están en todas partes, cuanto más miro mejor veo estas desigualdades, sociales, laborales, económicas, educativas, judiciales…
Por eso este día es tan importante para mi, porque nuestra lucha diaria, se va a oír, porque las chicas, las adolescentes, las ancianas, las mujeres de cualquier condición puedan sentir que no están solas, que somos muchas y estamos aquí por nosotras y por ellas, incluso por las que no puedan venir. Quiero aprovechar este espacio para recordar que este es el día de la mujer, por eso me centro en ellas, porque somos importantes, y la discriminación por razón de género es una de las mayores opresiones que sufrimos, y el feminismo lucha contra ella, el feminismo es una lucha continua, una reivindicación no solo por las mujeres sino por todas las personas, para terminar con la discriminación entre los géneros con el patriarcado y el machismo, y esto es tarea de toda la sociedad, hombres, mujeres, personas no binarias.
Todo el mundo, porque quiero y creo que el feminismo es una de las cosas que busca, un mundo sin discriminación ni estereotipos de género que nos oprimen, un mundo en el que todas las personas seamos aceptadas tal y como somos, donde nos respetemos entre nosotras, donde podamos ser libres.
Carmen Julia García-Bernardo