En el último Pleno ordinario de 2023 la fuerza de izquierdas, apoyada por PSOE y Podemos, ha intentado sin éxito que el Ejecutivo censurase al exedil de Vox, quien hace días afirmó que dicha lengua no existía y luego matizó esa opinión
El último intento de la izquierda gijonesa de mellar la figura de Oliver Suárez ha vuelto a toparse de bruces con la oposición del Gobierno local… Aunque no por ello ha estado exento de polémica. Y el campo de batalla elegido para ello no ha sido otro que el último Pleno ordinario del año, celebrado esta mañana en la Sede Consistorial, y durante el que Izquierda Unida (IU), apoyado por el PSOE y por Podemos, ha lanzado una propuesta de reprobación contra el presidente de Divertia y exedil de Vox por sus recientes declaraciones negando la existencia del asturiano. Una pretensión frustrada por los votos en contra de Foro, PP y del propio Suárez, y por la abstención de su antiguo partido, Vox, pero que ha propiciado uno de los debates más tensos de cuantos se han presenciado en el Ayuntamiento en lo poco que va de legislatura.
El origen de la cuestión está en una entrevista que Suárez concedió en noviembre al diario El Comercio. En ella, el que fuera ‘número dos’ de Vox hasta su abandono de dicha formación aseguró no estar a favor del uso de «las actuaciones musicales, por ejemplo, para tratar de promocionar una lengua que no existe». Días después trató de matizar tal afirmación, indicando que con «no existe» pretendía decir que «no es lengua oficial». Pero el daño ya estaba hecho. Y hoy la edil de IU Noelia Ordieres ha reclamado al Ejecutivo que «no intente justificar lo injustificable. ¿Dónde queda la dignidad si somos incapaces de reaccionar ante el insulto, el hacernos de menos y la negación de derechos?». Su solicitud ha cobrado fuerza con la intervención previa del músico moscón Xosé Antón Fernández Martínez, en representación de la asociación Grana, n’Alcordanza de Yolanda Huergo, quien se ha valido de sus propios recuerdos de infancia en Ambás para criticar que el rechazo del asturiano en su infancia ha convertido a los niños de entonces «en verdugos de su propia cultura, de aquello que olía a cucho. Para mí, Gijón siempre fue referente en cultura. No nos cerréis las puertas a los de casa si queréis ser Capital Europea de la Cultura».
El primero en reaccionar a las palabras de Fernández y de Ordieres ha sido el propio aludido, Oliver Suárez. Tras señalar que la izquierda «vuelve a valerse del comodín del asturiano para pedir mi reprobación», ha indicado que, para él, la moción es «infumable» y «una mentira», acusando a sus promotores de «pedir mi reprobación porque abandoné Vox para sumar estabilidad al Gobierno, para que no paralicen la ciudad con su sectarismo y sus derroches en temas que no son prioritarios para los gijoneses». Más aún, Suárez ha afeado a IU las reiteradas acusaciones de transfuguismo contra su persona. «Ustedes no transfugan; ustedes confluyen», ha ironizado, en referencia a la situación que Sumar y Podemos viven en la escena política nacional. Y ha finalizado sentenciando que es «tanto o más defensor que ustedes de la tradición y cultura de esta región. La diferencia es que yo ni impongo, ni insulto».
«Para escuchar babayadas, prefiero no escucharlo», concluyen desde IU
La defensa hecha por el presidente de Divertia ha llevado a la portavoz de Podemos, Olaya Suárez, a contraatacar de inmediato. Visiblemente molesta, la edil morada, decidida a no quedarse «sin contestar al concejal tránsfuga ultraderechista», ha secundado la reprobación «por la vergüenza que da cada vez que hace declaraciones en público. No se entiende que hayamos llegado hasta aquí porque los partidos del Gobierno ni se hayan inmutado». El relevo lo ha tomado su antagonista natural, Sara Álvarez Rouco, líder local de Vox; crítica con el contenido de la moción, en la que ha visto una «posición clásica» de «utilización del lenguaje como arma arrojadiza», ha acotado que, en los meses en que ostentó la concejalía de Festejos, «decíamos que no queríamos que se utilizase como plataforma para ir a la oficialidad», y se ha mostrado sorprendida de que «pidan la reprobación del presidente de Divertia por unas declaraciones que él mismo ha corregido». Ahora bien, no ha eludido referirse a Suárez, su antiguo primer espada, como «un señor tránsfuga sin criterio, a las órdenes de quienes le mantienen». Finalmente, desde la bancada del PSOE Luis Manuel Flórez, ‘Floro’, ha reprochado que, con sus palabras, Suárez borre «de un plumazo» la promoción del asturiano, y ha advertido de que negar la diversidad cultura es «una vuelta al pasado y al camino al pensamiento único».
Con el PP decantándose por el silencio, el único apoyo que el presidente de Divertia ha logrado ha procedido del portavoz municipal, Jesús Martínez Salvador, quien ha iniciado su andanada compartiendo la «decepción» que le suscita constatar que «la izquierda continúa dispuesta a apropiarse de la cultura de todos los asturianos para obtener un mínimo rédito electoral. El daño que sus intervenciones puede causar les importa bien poco». Acto seguido, ha centrado su discurso en la negación de cualquier intromisión política en la planificación cultural, y en una defensa de la labor de Suárez. «Basta observar la programación del Jovellanos o la de Navidad para comprobar que hoy Divertia funciona mejor, y ofrece más y más plurales plurales espectáculos; el resultado del FICX también lo demuestra», ha puntualizado. Y ha concluido compartiendo con el Pleno que «queda mucho por anunciar, y se verá el gran trabajo que se está haciendo». Argumentos todos a los que ha puesto la puntilla Noelia Ordieres instantes antes de la votación. «Señor Salvador, la diferencia entre usted y yo es que usted justificaría lo injustificable para tener un Gobierno; yo prefiero tener mi dignidad y la de los míos», ha disparado. No obstante, sus última palabras han ido dirigidas Oliver Suárez: «Para escuchar babayadas, prefiero no escucharlo».
Al margen del rifirrafe en torno al asturiano, el Pleno ha aprobado la propuesta de Podemos de crear un pase cultural joven para menores hasta 35 años, a través de la tarjeta ciudadana, y el dar visibilidad a todas las bonificaciones de las que pueden disfrutar en materia cultural, una cuestión a la que sólo Vox se ha abstenido. No ha ocurrido lo mismo, empero, con la petición conjunta de PSOE, IU y Podemos de que se reactiven los trámites para que Gijón concurra a la designación de la próxima Capital Europea de la Cultura, rechazada por el Ejecutivo y por Vox al considerar inviable su materialización exitosa con el escaso margen de tiempo disponible. Tampoco ha medrado la iniciativa de Podemos para implantar un servicio municipal de canguros, en la que se incluía aumentar paulatinamente el horario del programa 11×12 y extender un servicio similar a los sábados; frente a esa cuestión incluso PSOE e IU han expresado sus reservas, al considerar que existe una red de conciliación razonablemente sólida en la ciudad. Del mismo modo, se han echado por tierra la demanda del PSOE de recuperar el albergue de San Andrés en Cornellana como residencia de estudiantes, y no de artistas; la también socialista de acelerar la concreción de la propuesta urbanística para el ‘solarón’, y la de IU de consensuar un pacto de ciudad por la movilidad sostenible. Finalmente, no ha prosperado un ruego planteado por Podemos para abrir a un proceso participativo la intención del Consistorio de ampliar los días de celebración de la Semana Grande.
El tránsfuga miserable defendido por sus colegas miserables. Todos dispuestos a prostituirse por el sillón y el puesto