Los votos en contra de PP y PSOE bloquean la petición vecinal de rechazo a cualquier ampliación, pero sí prospera la voluntad de abrir cauces de información con los agentes implicados, y la asistencia en la recopilación de documentación
En política, como en la vida, son raras las victorias absolutas. Lo habitual es que toda propuesta, proyecto o idea, por necesaria y acertada que sea, requiera de una cierta modificación, cambiando, ampliando o reduciendo su contenido original, para conseguir aquellos apoyos que la harán posible. Se trata, en fin, de saber perder un poco para poder ganar. Y esa norma es la que esta mañana ha regido el tratamiento, de la siempre polémica cuestión de la mina de fluorita de La Viesca; la misma que su propietario, el Grupo Minerales y Productos Derivados, SA (MINERSA), aspira a ampliar y reactivar, y que ha vuelto a toparse con la resistencia de los vecinos de las zonas rurales de Gijón y Siero, agrupados en la plataforma ciudadana ‘Somos Valle del Agua’. En una serie de votaciones no exenta de matices y tensiones el Pleno gijonés, reunido en su sesión ordinaria de noviembre, ha aprobado cuatro de los cinco puntos que integran la propuesta presenta por el grupo municipal Podemos, a petición de dicha plataforma, para tratar de poner coto a las pretensiones de MINERSA. Una victoria parcial, sí, pero suficiente para que la voluntad de lucha de los lugareños siga intacta. Incluso, reforzada.
Las razones para esa oposición al proyecto minero, aunque ya conocidas, fueron refrescadas por José Antonio Vázquez, portavoz del colectivo vecinal. De entrada, el que La Viesca se base en galerías subterráneas a poca profundidad, excavadas a base de voladuras, supondría la posible apertura de «grietas en las casas» durante el proceso de sondeo, como «ya pasó en La Collada». A partir de ahí, la relación de problemas pasaría a incluir «la contaminación de acuíferos y ríos por metales pesados«, la «desecación de cauces«, la presencia de «polvo en el aire«, los «ruidos y vibraciones constantes» y, no menos importante, el «incremento del tráfico de camiones, que invaden los dos carriles de la carretera«. Con esos datos sobre la mesa, fruto de un «miedo fundado, a la vista de lo que ya ha ocurrido en Siero y en Gijón», para Vázquez y los suyos es aún más inquietante el que MINERSA, a su juicio, «nunca ha jugado limpio: amenazaron con expropiar las fincas de los vecinos que se opusieran, han hecho sondeos sin licencia, han recibido sanciones por vertidos en Villabona y Carabia…». Por si fuera poco, concluyó el portavoz de la plataforma, «Belarmina Díaz Aguado, directora general de Energía, Minería y Reactivación, confesó que no tenía personas ni recursos para vigilar la actividad de todas las minas«.
A la vista de tales protestas, la edil de Podemos, Olaya Suárez, puso hoy sobre el tapete un abanico de cinco acciones, interconectadas entre sí y pensadas para, en la medida de lo posible, atender las peticiones vecinales y limitar el avance en La Viesca. La primera de ellas prevé que los grupos municipales mostrasen un rechazo directo a cualquier proyecto de ampliación y reapertura de la mina, cumpliendo así con «el posicionamiento contra la instalación de empresas contaminantes en nuestro concejo, que fue acordado por el Pleno en la sesión del 14 de febrero de 2024». Los dos siguientes puntos implican instar al Gobierno local a poner a disposición de los vecinos toda la documentación e información relativa al proyecto, y a convocar una sesión extraordinaria del Consejo Sectorial de Medio Ambiente para abordar el asunto, incluyendo en la reunión a los representantes de las parroquias rurales. En cuarto lugar, se anima a crear un cauce permanente de comunicación y participación entre el Principado, los Ayuntamientos de Gijón y Siero, y los colectivos vecinales de las zonas afectadas para informar de las novedades. Por último, la quinta propuesta de Podemos abarca el mantenimiento, por parte del Gobierno gijonés, de una coordinación con Confederación Hidrográfica del Cantábrico, la Fundación Biodiversidad y el Principado para estudiar cualquier posible afectación que las prospecciones de MINERSA, y garantizar que no haya riesgos antes de autorizar cualquier intervención.
De esos cinco puntos, los cuatro últimos fueron aprobados por abrumadora mayoría, con la única abstención del concejal no adscrito, Oliver Suárez, en el caso de la segunda, pero no ocurrió lo mismo con el primero, tumbado al posicionarse en contra tanto el PP como el PSOE, nueva abstención de Suárez mediante. En el caso del socio de Foro en el Gobierno local, fue el recién nombrado concejal de Atención a la Ciudadanía y Distritos, Abel Junquera, se estrenó en sus funciones alegando que, en lo referente a impedir futuras expansiones empresariales, «el margen de maniobra que tiene este Ayuntamiento es muy limitado; primero, porque la competencia es de la Consejería de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, y segundo, porque es la Dirección General de Energía y Minería la que evalúa las explotaciones, como la de Calidad Ambiental estudia su impacto». A ese respecto, tal como afirmó Junquera, «nos consta que, en 2016 y 2019, se emitieron dos resoluciones para la aprobación de sondeos mecánicos, y del estudio preliminar de impacto ambiental«. Aun así, el edil aclaró que nada de lo anterior equivale a que, «en el futuro, el Gobierno regional no tenga margen para enfrentarse a esa explotación, si supone un impacto ambiental negativo«, y adelantó que representantes del Principado «acudirán a la próxima sesión del Consejo Sectorial de Medio Ambiente del Ayuntamiento, y nos explicarán de primera mano estas cuestiones».
Más sangrante para Podemos fue la negativa del PSOE, defendida por el concejal José Ramón Tuero. El titular de la cartera de Distrito Rural durante la anterior legislatura se expresó en términos muy cercanos a los de su homólogo del PP, y argumentó que, pese a la valides de los argumentos vecinales, «no podemos prometer lo que no podemos conseguir«, defendiendo, a mayores, el potencial de la industria como generadora de puestos de trabajo. Palabras las suyas que no convencieron a Olaya Suárez, quien afeó a Tuero el detalle de que, en su opinión, «hacer oposición política debería ser cosa del Gobierno, no de ustedes».
Al tiempo que la cuestión era abordada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, en la plaza Mayor se concentraban algunos de los miembros de ‘Somos Valle del Agua’, parapetados tras sus pancartas y repitiendo esa sencilla consigna que resume toda su cruzada: «¡No a la mina!». Reunido de nuevo con ellos, y acompañado por la citada Suárez y por los dos concejales de Izquierda Unida en el Consistorio, Javier Suárez Llana y Noelia Ordieres, José Antonio Vázquez reiteró que la situación en Gijón «es diferente a la de Siero, porque aquí ya están aprobados los sondeos», y enfatizó la urgencia de dar más pasos en contra del proyecto de MINERSA. «Lo que pedimos es que se haga como hizo el Ayuntamiento de Siero, y que soliciten al Principado la revocación de licencias«, confesó. Al fin y al cabo, lo que está en juego es la supervivencia del valle… «Tenemos ocho ganaderías, llagares y pequeños productores de manzana de DOP, pequeños productores locales de alimentos, restaurantes… Puestos de trabajo que correrían peligro con la ampliación de una mina asociada a un ‘fondo buitre’ extranjero, y que no generaría muchos empleos. Dejaría a su paso un valle arrasado«.