La sección, perteneciente al alumbrado navideño, ha mantenido cortada al paso una sección de la populosa arteria, a la altura del cruce con Eusebio Miranda; vecinos, transeúntes y comerciantes de la zona se preguntan si ha sido un hecho accidental o vandálico
No todos los ‘gordos’ que han caído en Gijón durante las últimas veinticuatro horas han estado hechos de dinero, champán y alegría. Alguno se han conformado con materiales mucho más tangibles y cotidianos, como goma, cobre, alguna que otra pieza de plástico… Todo ello, embutido en una forma cilíndrica larga. Muy larga. De varios metros de longitud. Y negra. Así es la sección de grueso cable eléctrico con la que esta mañana se han topado los vecinos, comerciantes y transeúntes de la céntrica calle Covadonga, después de que la pieza en cuestión, que da servicio al alumbrado navideño que decora los árboles y farolas de la zona, se desplomase por razones aún desconocidas. Uno de los tramos ha quedado pendido sobre la acera a una altura de un metro escaso, unido de una farola a un tronco, y bloqueando el tránsito a la altura del cruce con Eusebio Miranda, muy cerca de la plazuela de San Miguel, ante el temor a que aún tuviese tensión.
Aunque desde el Ayuntamiento todavía no han confirmado la naturaleza del incidente, ni tampoco su alcance, la mera imagen de esas ‘serpientes’ artificiales sobre el firme mojado, o colgadas de los postes, ha sorprendido, inquietado y hasta molestado a varios de los testigos. Sobre todo, cuando algunos de ellos comenzaron a afirmar, aun sin pruebas, que los extremos del cable parecían cortados, y que la pasada noche no se había registrado un viento tan fuerte como para que esas piezas se quebrasen sin una acción externa. Con varias teorías corriendo de boca en boca, algunas particularmente rocambolescas, los más serenos y racionales optaron por llamar a la Policía Local y dar parte de lo ocurrido. Eso sí, incluso lo más calmados comentaron a miGijón que, de confirmarse la intervención humana y, por tanto, quizá fuesen precisas medidas para garantizar la seguridad de las decoraciones de Navidad, que ya han sufrido varios destrozos desde que se completase su instalación.