Una treintena de personas participó este sábado en la concentración ante el monumento organizada por la Asociación Cultural Alfonso I; desde la Dirección General de Memoria Democrática recuerdan que «ya se están tomando medidas»
Hubo quienes dudaron de que llegase a tener lugar… Y, sin embargo, al final, se produjo. Poco antes de que los relojes marcasen las siete y media de la tarde de ayer, una treintena de personas convergió ante el polémico monumento ‘Héroes del Simancas’, ubicado en la fachada del Colegio de la Inmaculada de Gijón, y cumplieron con el anunciado acto de ensalzamiento de los militares golpistas que, en 1936, defendieron el entonces cuartel frente a las fuerzas regulares y milicianas de leales a la Segunda República. El acto, vigilado en todo momento por efectivos de la Policía Nacional, y que, gracias a los emblemas recogidos en pancartas y estandartes enarbolados, se supo finalmente que había sido organizado por la Asociación Cultural Alfonso I, fue rico en banderas de España y en consignas que llamaban a no olvidar a aquellas tropas del 40º Regimiento de Infantería de Montaña ‘Simancas’ que, al inicio de la Guerra Civil, servían como guarnición en el ahora centro educativo. Eso sí, aunque no faltó la consigna ‘Presentes’, tradicionalmente utilizada por los colectivos falangistas para recordar José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, no hubo saludos brazo en alto, ni se entonó el ‘Cara al sol’, como sí ocurriese el pasado 28 de junio en el mismo escenario.
Esa carencia de simbología franquista explícita no impidió que la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado Villa, reiterase ayer su postura crítica con la concentración en cuestión. A través de un comunicado remitido a los medios de comunicación, Collado afirmó categóricamente que «no podemos permitir estos actos, pues, aunque sean minoritarios y se les pueda calificar de trasnochados y anacrónicos, son ilegales, ya que pretenden la apología de la dictadura, y buscan la reversión de las conquistas y libertades de nuestra sociedad». Más aún, en su opinión las manifestaciones de apoyo hechas ayer ante el monumento «no son reflejo de la sociedad asturiana», razón por la cual «ni Gijón, ni Asturias va a mirar hacia otro lado mientras veamos en las calles fascistas, ni exaltación del fascismo, ni de momentos que contribuyeron a someter a la sociedad española».
Terminado el momento de las palabras, llega el instante de pasar a los hechos, y Collado recalcó esa transición incidiendo en que «la madurez democrática de la sociedad asturiana exige medidas hacia este tipo de actos; medidas que estamos tomando». El objetivo es fácil de identificar: definir un marco legal de obligado cumplimiento «para la mantener una sociedad limpia de sombras de los causantes de nuestro trágico pasado», por medio de mecanismos como la Ley de Memoria Democrática. Hecha esa acotación, la directora general del área se despidió sentenciando que «desde el Principado de Asturias seguiremos combatiendo todas las manifestaciones del fascismo en la actualidad, que no tiene cabida en nuestra sociedad, que es una sociedad democrática, empeñada en proteger los derechos y las libertades, y que no va a consentir estas expresiones en nuestras calles ni en ningún otro espacio».