Con más de un 90% de posibilidades de que no queden secuelas, ante él se extienden ahora tres semanas de recuperación progresiva, observación e intentos de recordar; la investigación policial para tratar de esclarecer lo sucedido continúa
Y la historia, para júbilo del público y de sus protagonistas, concluyó con un final feliz. O, al menos, el más importante y preocupante de sus capítulos. C. A., el hombre de 40 años que el pasado fin de semana se golpeó en la cabeza tras, presuntamente, recibir un puñetazo y caer al suelo durante las fiestas de Portuarios, ya está en casa, en su domicilio de Gijón. Su salida del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha producido esta misma mañana, acompañado por sus padres, después de seis días de ingreso en los que fue preciso inducirle un coma para tratar las severas lesiones sufridas. Ante él se extienden ahora tres semanas de recuperación y observación para constatar que, efectivamente, no quedan secuelas… Y, también, intensas jornadas para tratar de recordar qué fue lo que realmente sucedió. Su testimonio podría llegar a ser muy útil a la Policía Nacional, que continúa la investigación para intentar esclarecer qué ocurrió aquella madrugada.
«Por ahora, habla poco y no se acuerda de mucho; tiene que ir asimilándolo todo», comparte su padre, casi sin palabras, embargado por la incrédula alegría de quien, por espacio de varios días, llegó a temer el peor de los desenlaces. Las última dudas sobre su alta médica surgieron esta misma mañana, a la vista de la mala noche que C. A. pasó; tanto, que los médicos supeditaron la decisión a la capacidad de ingresado de tolerar los calmantes por vía oral. Finalmente, la prueba fue exitosa, lo que ha permitido que tanto el afectado como sus allegados puedan volver a su hogar. Y las expectativas son buenas. «Va a tener que seguir un tratamiento, no podrá hacer movimientos bruscos durante un tiempo, tendrá dolores de cabeza algunos meses… Pero las probabilidades de que no le queden secuelas neurológicas están por encima del 95%», concluye su progenitor.
Con ese episodio felizmente cerrado, aquel que aún no ha llegado a su particular ‘The end’ es el que atañe al presunto agresor de C. A. Con varias versiones en boca de los vecinos de Portuarios, ninguna de ellas confirmada al 100%, todo apunta a que los recuerdos del afectado, conforme los vaya recuperando, serán capitales para intentar aclarar quién le golpeó, por qué razón y si realmente lo hizo.