El quinto paciente en España en recibir este tratamiento es asturiano

El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha convertido en uno de los tres centros sanitarios seleccionados en España para introducir una nueva válvula cardiaca diseñada para el tratamiento de la regurgitación pulmonar grave, una de las cardiopatías congénitas más frecuentes. Este avance marca el inicio de la utilización de esta tecnología en Europa. Además del HUCA, los hospitales Gregorio Marañón y Ramón y Cajal, ambos en Madrid, participan en el lanzamiento europeo de esta prótesis, que ya ha sido implantada en más de 2.500 pacientes en otros países. El nuevo dispositivo permite intervenir la válvula pulmonar de forma mínimamente invasiva, evitando la cirugía a corazón abierto y reduciendo los riesgos y tiempos de recuperación.
La válvula, fabricada con tejido porcino y con una estructura autoexpandible en forma de reloj de arena, se implanta mediante un catéter introducido por la vena femoral. Una vez colocada en el lugar de la válvula dañada, recupera su forma original y restablece la función cardiaca. El equipo del Área de Gestión Clínica del Corazón del HUCA, encabezado por el doctor Pablo Avanzas, participó esta semana en las primeras intervenciones realizadas en Madrid. Posteriormente, implantó la válvula a un joven asturiano, que se convierte en el quinto paciente en España en recibir este tratamiento. El paciente presentaba una insuficiencia pulmonar grave derivada de una estenosis congénita intervenida en la infancia.
La intervención, llevada a cabo en el hospital ovetense, contó también con la participación del anestesista David del Valle, el cardiólogo intervencionista Alberto Alperi y un equipo de enfermería especializado. El nuevo dispositivo está indicado especialmente para pacientes pediátricos y adultos con antecedentes de reparación quirúrgica en el tracto de salida del ventrículo derecho, como en casos de tetralogía de Fallot. Según datos del fabricante, su uso se ha extendido ya a hospitales de Estados Unidos, Canadá, Japón, Israel y varios países más, y ahora da el salto a su implementación en Europa.