Sus miembros declaran por unanimidad culpable a F.D.A.R., admitiendo la atenuante de confesión, pero rechazando las de obcecación y reparación del daño; a la espera de la sentencia, el procesado vuelve a pedir «perdón» a la familia de su víctima

Han sido cuatro intensas jornadas en la Sección Octava de Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, pero, al fin, existe un veredicto en el caso de F.D.A.R., el presunto autor de la muerte a puñaladas de F.J.R.T., gerente de una inmobiliaria de Ceares. De forma unánime, sin que se registrase ninguna postura distinta, el jurado popular designó ayer jueves al procesado culpable del crimen, perpetrado el 20 de septiembre de 2023; eso sí, admitiendo la atenuante de confesión, una de las tres planteadas por la defensa, junto con las de reparación del daño y obcecación. Así, pese a las peticiones del Ministerio Fiscal y de la acusación particular de ignorar las tres, sólo las dos últimas se han quedado en el tintero. Un posicionamiento con el que finalizan todos los movimientos posibles de las partes en el tablero del caso; ahora está en manos del juez dictar sentencia.
A criterio del jurado, F.D.A.R., efectivamente, mató voluntariamente a la que fue su víctima, sin darle oportunidad de defenderse. Del mismo modo, el encausado admitió su participación en el suceso, y colaboró «en todo momento» con las autoridades, facilitando la investigación e indicando a la Policía Nacional la localización del cuchillo utilizado como arma homicida. Por el contrario, no ve probada la obcecación, al opinar que, si bien el acusado tenía una obsesión con F.J.R.T., las peritos forenses declararon que no sufría patologías, ni tenía alteradas sus facultades en el momento de los hechos. Por lo que respecta al rechazo de la reparación, el jurado entiende que el acusado hizo «lo que estuvo en su mano» para compensar a la familia de la víctima, aportando 250 euros de la devolución de la fianza del piso compartido en el que vivía, pero esa cantidad en absoluto fue «suficiente».
Tras escuchar el veredicto, F.D.A.R. reconoció estar dispuesto a aceptarlo, aun a pesar de opinar que «no vieron lo ocurrido» como él, y, entre lágrimas, volvió a pedir «perdón» a los familiares de F.J.R.T.; particularmente, a la que fue su pareja en el momento del crimen, y a sus dos hijas. Por parte de las dos partes en contra, no se registró variación alguna de las peticiones de pena, que ascienden a veinte años de prisión en el caso de la acusación particular, y a dieciocho de cárcel y cinco de libertad vigilada en el de la Fiscalía. Al mismo tiempo, el Ministerio Fiscal reclama que el acusado indemnice a cada una de las hijas de la víctima con 100.000 euros; a cada sus padres, con otros 50.000 para cada uno, y a su compañera sentimental, con 20.000 más. Unos totales económicos y temporales que, a juicio de la abogada defensora del encausado, deberían ser reducidos, al concurrir la atenuante de confesión.