El Gobierno ahora opta por derribar el bar del parque del Lauredal y así eliminar el problema, dejando como promesa (nuevamente) la construcción de uno nuevo, sumando así un nuevo manto a tejer y destejer
Cuenta Homero en La Odisea que durante el largo periodo de tiempo que Ulises necesitó para volver a su patria, su esposa Penélope tuvo que resistirse a los “encantos” de los múltiples y variopintos pretendientes que por su palacio desfilaron en búsqueda de gran esposa y mejor botín.
Sin embargo, cuesta no toparse con los paralelismos de esta obra milenaria con la política al observar a este ansiado Ulises cuyo retorno al hogar y a la patria es ansiado por los suyos como buena prueba de protección, estabilidad y un futuro mejor que los sujetos estáticos esperan y desean sin descanso y, aun así, sin recompensa.
Como seguramente ya habrán adivinado, Ulises encarna esa forma de deseo que hoy llamamos la promesa electoral o política. Ese juramento recto y en apariencia inquebrantable pues, no en vano, Ulises es representado en la obra como un hombre astuto, ingenioso, prudente y hábil con la palabra.
Ahora bien, una cosa es hablar de la política y otra muy distinta de cómo practican algunos partidos la política pues en la obra también se presenta la misma astucia, ingenio, prudencia y habilidad con la palabra encarnadas en la interesantísima figura de Penélope, quien trata por todos los medios de huir de un destino en forma de indeseado pretendiente que la acecha y lo hace recurriendo a un engaño: promete decidir casarse con un pretendiente cuando termine de tejer un manto, labor que hace de día a la vista de todos y deshace por las noches a la única vista de su propia conciencia.
Y a pesar de los múltiples matices que tiene esa legendaria historia, se preguntarán el por qué de esta reflexión. Verán: repasando noticias de Gijón de hoy y cotejándolas con las del ayer, vemos que tanto el PSOE como Foro actúan como Penélope.
Un caso clarísimo de lo que les cuento (y hay muchísimos otros) está en el tan ansiado bar del parque del Lauredal cuya rehabilitación sigue todavía esperando el regreso de Ulises pues ambos partidos tejen la promesa a la luz de los focos cuando son oposición (así en 2016 Foro le dijo al PSOE que estaban en ello y ahora, es Foro quien se lo reclama al PSOE) pero los hechos demuestran que ambos destejen el mismo manto prometido cuando ya están al timón del Gobierno municipal.
Y es una pena porque una infraestructura como esta puede dar y recuperar mucha vida en el parque del Lauredal, motivo por el cual, los propios vecinos y sus colectivos están cansados de ver las continuas maniobras de destejer que han dejado este singular edificio en un lamentable estado de abandono. Sin embargo, el Gobierno ahora opta por derribarlo y así eliminar el problema, dejando como promesa (nuevamente) la construcción de uno nuevo, sumando así un nuevo manto a tejer y destejer.
Desde Ciudadanos, continuaremos con nuestra labor de seguir denunciando esta falta de compromiso con un equipamiento municipal casi centenario que a buen seguro contribuirá a dinamizar un espacio con tantas posibilidades como el Parque de El Lauredal porque nosotros tejemos de día y tejemos de noche y así seguiremos hasta que nos otorguen la confianza suficiente para devolver a Gijón al dinamismo, modernidad y liderazgo económico, social y cultural que le corresponde.