Desde ayer el muelle norte de la ampliación del puerto ostenta el nombre del empresario naviero, representado en una placa que fue descubierta por familiares, amigos y autoridades de la ciudad
Era cuestión de tiempo que alguien tan ligado a Gijón y, con igual intensidad, a la mar como lo fue Romualdo Alvargonzález recibiese el homenaje que su trayectoria reclamaba. Una deuda ha quedado saldada en El Musel; desde ayer el muelle norte de la ampliación del puerto ostenta el nombre del empresario naviero, después de que sus más allegados, sus amigos y diversas autoridades participasen en el acto de descubrimiento de una placa conmemorativa. Su viuda, Pilar Boulet, y su hija, Pilar Alvargonzález, fueron las protagonistas indiscutibles del acontecimiento, durante el cual el catedrático de la Universidad de Oviedo Ramón Alvargonzález leyó una glosa en memoria del difunto, y en el que el Coro de Cimavilla puso el aporte musical al interpretar la ‘Salve marinera’.