Ambas plataformas consideran que la intervención todavía presenta algunos «puntos negros», y proponen cambios como desplazar la parada de autobuses turísticos, adecuar accesos o situar el trazado en paralelo a la calzada en la calle Pedro Duro
Fue una de las grandes noticias de la semana para los amantes de la movilidad sostenible en general, y del uso de la bicicleta en particular: el futuro carril-bici que se construirá en Poniente será ‘bajado’ a la calzada, y discurrirá segregado de las aceras y plazas peatonales. Una buena nueva anunciada el martes por los concejales de Tráfico, Movilidad y Transporte Público, Pelayo Barcia, y de Infraestructuras Urbanas y Rurales, Gilberto Villoria… Pero que, sin embargo, no parece carente de algunos aspectos oscuros en materia de seguridad y protección del ciclistas. Al menos, así lo entienden a una el Observatorio Xixonés de Movilidad (OXM) y la plataforma Asturies ConBici, que han presentado un escrito conjunto solicitando la realización de ciertas modificaciones sobre el proyecto para subsanar lo que, entienden, son carencias notables que podrían poner en peligro a los usuarios del equipamiento.
De entrada, a juicio de ambos colectivos en el pliego «se debería haber tenido en consideración la posibilidad de limitar el espacio de tráfico, al tratarse de una calle con poco tránsito, pese a contar con dos carriles de circulación en su mayor parte». No en vano, en los planes de reforma en cuestión la calle pasa a ser de plataforma única, una actuación que «podría avanzarse con métodos de urbanismo táctico en la actualidad«. Por si fuera poco, se mantienen «los puntos negros existentes», a diferencia de lo sucedido en el tramo de los Jardines de la Reina, un ejemplo que consideran, el Consistorio debería seguir en Poniente. Y más aún siendo como será una obra «de gran coste», presupuestada en 351.800 euros, pero que tendrá un carácter temporal, «a la espera de la necesaria reforma de todo el entorno».
Tanto para el OXM como para Asturies ConBici, esa temporalidad es perfectamente propicia para acometer cambios en el proyecto, y atajar todas las deficiencias que, insistente, se preservan en los pliegos manejados actualmente. En ese sentido, una de sus propuestas pasaría por reubicar la parada de autobuses turísticos que se encuentra en Rodríguez San Pedro, entre el acceso al aparcamiento de Fomento y los Jardines de la Reina, eliminando la fila de aparcamientos del margen izquierdo para ganar espacio. Paralelamente, frente al cruce de la calle Pedro Duro, «uno de los más conflictivos», se ha optado por «mover muy poco» el carril de su posición actual, cuando «podría hacerse en paralelo a la calzada moviendo la terraza al interior de la acera, y uniendo las dos zonas peatonales». Y, finalmente, se pide al Ayuntamiento que considere la creación de accesos seguros al carril-bici desde las calles aledañas a Rodríguez San Pedro, como Felipe Menéndez, la citada Pedro Duro o la travesía del Fomento, hoy por hoy inexistentes en el documento.
La consulta con los usuarios y con el tejido asociativo, la gran asignatura (que sigue) pendiente
Sin embargo, en el escrito conjunto hay también margen para la crítica abierta al Gobierno municipal, con un denominador común de fondo: la desatención. «Desde medios afines al Consistorio se ha hablado del consenso sin preguntar a las asociaciones participantes del proceso«, denuncian al unísono. De hecho, tal como recuerdan las dos plataformas, «Asturies ConBici indicó muchos de los problemas que se mantenían en este proyecto, y facilitó propuestas parecidas a las aquí mencionadas». Sus aportaciones no terminaron ahí; desde la asociación ciclista «se solicitó que el carril-bici tuviera continuidad hasta el rompeolas, aprovechando para ensanchar la zona peatonal de Claudio Alvargonzález, y dejar un solo carril de tráfico motorizado». Pero nada de todo lo anterior «obtuvo respuesta». Muy al contrario, «la calle ahora cuenta con unas exiguas plazas de aparcamiento en superficie y doble dirección, a pesar de la oposición del colectivo y de las asociaciones vecinales de Cimavilla».
Así, en palabras del OXM y de Asturies ConBici, el consenso debe construirse «sobre el diálogo», algo para lo que es requisito imprescindible «escuchar activamente las posiciones de los grupos y asociaciones de vecinos y, sobre todo, a los usuario». Algo que, critican, no se ha hecho, ni intentado hacer. Sirva de ejemplo la situación de los aparcamientos; para las dos asociaciones resulta desconcertante que, «justificándose con la supresión de diecinueve plazas, se pretenda construir sesenta en los alrededores del Museo del Ferrocarril, incluso cruzándose con el acceso peatonal a través del Solarón». De haber consultado a los colectivos implicados, acotan, se habría llegado a un arreglo ideal, como «mover el cordón de servicios al lado izquierdo, ya que en los cruces se ‘pierde’ la misma disponibilidad que con las isletas para el autobús y los pasos de peatones. Ayudaría a agilizar el transporte público, y eliminaría las interacciones entre aparcamiento y carril bici». Dos pájaros de un tiro, en definitiva.