Alumnado y familias recuerdan, a ritmo de «Quédate» que su situación es temporal y que quieren volver, cuanto antes, a su colegio
El alumnado del Rey Pelayo tomó este jueves las calles de Gijón para pedir que no se olvide su situación. Armados con cascos, silbatos y chalecos, 198 “pequeños obreros”, desfilaron dispuestos a “ayudar en lo que haga falta” para volver a su cole. Organizado por el AMPA, el pasacalles antroxero del centro, a ritmo de una versión propia del ‘Quédate’ de Quevedo, busca este año que la licitación de las obras que el colegio necesita, tras el derrumbe sucedido hace más de un mes, se haga “cuanto antes”.
“Somos conscientes de que las obras llevarán un tiempo, el que tenga que ser, pero lo que no se puede es retrasar la licitación”, explica Carla Gallego, presidenta del AMPA. La Consejería aún espera el informe definitivo sobre los desperfectos del colegio, que dictará el tamaño y la duración de la intervención en el centro. “Lo que no podemos”, insiste Gallego, “es llegar a junio sin licitar las obras”.
Y es que, sabiendo que volver en este curso al colegio es prácticamente imposible, la preocupación de las familias reside ahora poder conocer, cuando se abran las inscripciones del colegio para el curso 23/24, el próximo mes de abril, en qué estado se encontrarán para entonces las obras. Conscientes de ello, los comercios y vecinos del barrio se han volcado con las familias, que sienten el apoyo “también de muchos otros centros educativos, que nos apoyan y se solidarizan con la situación. Superamos, con mucho, lo previsto para esta marcha”, señala la presidenta del AMPA, que no critica la reubicación de los más pequeños “que fue muy rápida”, sino que reivindica su temporalidad.
Mientras, el alumnado se adapta “muy bien”, explica, a esta nueva normalidad. “Son pequeños y lo normalizan todo, pero es verdad que echan en falta sus cosas: una mochila, un estuche…Están bien, pero quieren volver a su cole”.