La actriz asturiana triunfó en la alfombra rosa de Valladolid con un elegante vestido rojo que acaparó todas las miradas
Despampanante, muy sonriente y con muchas cosas que contar. Así ha sido la aparición de Blanca Romero en la gala de la 38ª edición de los Premios Goya celebrada la pasada noche del sábado en el recinto de la Feria de Valladolid, Castilla y León. La actriz, uno de los rostros asturianos más reconocidos dentro del panorama nacional, se paseó por la alfombra ‘fucsia’ del evento minutos antes de su inicio mostrando el elegante vestido que eligió para la ocasión, un vestido rojo que consiguió el aplauso de los medios y el público que siguió el evento a través de las redes. Revistas especializadas como Mujerhoy definen el vestido como «una obra de arte», confeccionada por la firma valenciana Isabel Sanchís, que se encargó de vestir a otras compañeras invitadas (como Cayetana Guillén Cuervo o Ruth Díaz). La gijonesa combinó el atuendo en rojo con un maquillaje de labios a juego, un recogido con el que despejó su rostro por completo, sandalias de Lodi y joyas de Suárez.
Y lo cierto es que Romero acompañó el vestuario con una noche llena de anécdotas que empezaron incluso antes de la gala, como ella misma compartió en su cuenta de Instagram cuando se dio cuenta de que los zapatos que había preparado para el vestido eran demasiado bajos. Por ese motivo tuvo que hacer un llamamiento a sus seguidores con el buen humor que la caracteriza. «Hola, socorro. ¿Alguién sabe dónde hay en Valladolid o donde puedo conseguir unos zapatos con suplemento que sean muy altos?», preguntó.
Más tarde, en la previa de los premios, la asturiana atendió a los distintos medios de comunicación y trató distintos temas sobre los que fue cuestionada por los periodistas. Uno de los más destacados fue el de su relación con Cayetano Rivera y las peleas entre su exmarido y su hermano Fran Rivera. Tal y como publicó la revista Lecturas en su cuenta de Tiktok, la exmujer del torero aprovechó las preguntas para contar una sorprendente anécdota que le hizo acordarse de él. «Ya sabéis que yo nunca me pronuncio sobre estos temas, pero sí que me hizo gracia y recordé el día que me casé con Cayetano porque el hotel donde pasamos la noche de bodas es ahora una residencia en la que está mi abuela, güelita Olga», relató. Además, y para más inri, la «la habitación donde está mi abuela, es en la que pasamos la noche de bodas nosotros«. «Cuando entré dije: mira que hay habitaciones y te toca esta», apuntó.
La experiencia de la actriz al defenderse de un intento de abuso: «Tuve que hacer un KO»
La exconcursante de Masterchef también habló sobre los casos de agresiones sexuales dentro del panorama cinematográfico español, ya que la gala se celebró pocos días después de que tres mujeres denunciasen públicamente al director Carlos Vermut por haberlas sometido a violentas relaciones sexuales no consentidas. Mientras muchos invitados prefirieron no pronunciarse al respecto, Blanca dio su visión sobre el asunto en declaraciones a Europa Press y se solidarizó con las víctimas y mujeres que se sufrido acoso laboral y en su vida privada. Contó para la agencia de noticias que ella misma vivió algún momento desagradable en ambos ámbitos de su vida y cómo por ello es partidaria de «actuar en el momento, te suelto dos guantazos y ya está».
Tras mostrarse a favor de “llevar a las niñas a karate y a boxeo” para que sepan defenderse, razonó que «lo ideal sería que pudiera evitarse, pero con un ‘placa’ bien dado se acabó”. “Yo boxeaba muy bien, desgraciadamente alguna vez tuve que hacer un KO”, desveló. Los agresores «se quedaron en el suelo» en esas ocasiones motivadas por «alguna tontería», pero para la actriz con estos temas es mejor que haya «bromitas las justas». Las situaciones no llegaron a más porque “no hubo opción, no hay que llegar tan lejos”.