Los expertos alertan de que el clima en las salas amenaza la integridad de las obras

El Museo Nicanor Piñole atraviesa un momento de contrastes. Por un lado, vive una etapa de creciente afluencia de público: en 2023 alcanzó su mayor cifra de visitantes de la última década, con 15.134 personas, lo que supuso un incremento del 20 % respecto al año anterior. Solo en 2024, pese a una ligera caída, todavía atrajo a 12.564 visitantes, consolidándose como uno de los equipamientos culturales de referencia en Gijón. Sin embargo, este éxito social y turístico contrasta con una grave problemática interna que amenaza directamente la conservación de sus fondos.
Fuentes especializadas han alertado de que desde hace más de dos años el sistema de climatización del edificio permanece inoperativo, lo que impide un control adecuado de la temperatura y la humedad. Se trata de un factor especialmente crítico en un entorno marítimo como el gijonés, donde la humedad relativa es elevada y fluctúa con facilidad. “No hay control sobre la temperatura ni la humedad en todo el edificio. En veranos como este, las vigilantes se ven obligadas a dejar abierta una puerta secundaria para intentar rebajar el calor, lo que expone el museo a cualquier peligro”, señalan.
La situación afecta no solo a la colección estable dedicada a Nicanor Piñole, sino también a los préstamos temporales procedentes de instituciones de primer nivel como el Museo Reina Sofía o el Museo de Bellas Artes de Asturias. Expertos del sector subrayan que, si los prestadores de obras conociesen en detalle estas condiciones, se verían obligados a retirar sus piezas y las aseguradoras cancelarían las pólizas de cobertura de inmediato.
El Ayuntamiento de Gijón ha reconocido a El Comercio que prepara una inversión de urgencia para sustituir el sistema de climatización del museo. La intervención busca garantizar la conservación de las colecciones y asegurar que el espacio cumple con los estándares exigidos por los organismos prestadores de obras.
A esta situación se suma la polémica política abierta en los últimos días: la oposición ha denunciado el inicio del “desmantelamiento” del museo tras su cierre temporal, acusando al Gobierno municipal de poner en riesgo el carácter público del centro y los compromisos adquiridos con la familia del artista.