El colaborador de miGijón Félix Población inspira la petición para un memorial en Cimavilla
Gijón, una ciudad de por entonces 60.000 habitantes, vivió el 14 de agosto de 1936 una de las jornadas más negras de su historia. Semanas después del golpe de Estado militar, la villa de Jovellanos sufrió un bombardeo rebelde que costó la vida de 91 personas (según el forense Honorino Manso) y varios centenares de heridos. Entre los objetivos: el Parque Infantil de Begoña, el Teatro Robledo o el Hospital de la Caridad.
Inspirados por un artículo publicado por el colaborador de miGijón Félix Población, el grupo municipal de Podemos Equo Xixón llevará al próximo pleno un ruego en el que, en el contexto de la recuperación del refugio antiaéreo de Cimavilla, pedirá que «se instale en su entorno un memorial que conmemore los fallecidos por los bombardeos sufridos en Xixón durante la Guerra Civil».
La indignación entre la población hizo que las represalias no tardaran en cometerse una vez se tuvieron los datos de la masacre. Fueron fusilados decenas de simpatizantes de los rebeldes, retenidos en la iglesia de San José de El Humedal, que sería incendiada y luego reconstruida en la posguerra.
‘Gijón no tiene memoria para las víctimas de los bombardeos sufridos por mar y aire’, Félix Población
La historia cuenta que los bombardeos en Gijón no cesaron hasta el día de su ocupación, el 21 de octubre de 1937. Como cuenta Félix, a partir del verano de 1937 entró en acción la Legión Cóndor nazi que «llevó a cabo sobre la España republicana un a modo de gran ensayo general para la estrategia de destrucción aérea que ejecutará pocos años después de modo sistemático, en la Segunda Guerra Mundial, sobre decenas de ciudades europeas».
Durante aquella época, no faltaron los homenajes al nazismo en Gijón. El piloto nazi fallecido en combate Willi Sembach, fue recordado con una lápida en la fachada del ayuntamiento, que no sería quitada hasta 1980. A finales de 1937, otros tres aviadores alemanes muertos en combate contra la República, Heinrich Stallamann, Rudolf Harting y Karl Uhrmeister contaron con un monolito en el paseo de Begoña. En abril de 1939 y con la Guerra Civil acabada, la Legión Cóndor desfiló triunfante por las calles gijonesas.
Las viejas loas institucionales al nazismo son también recogidas en el ruego de Podemos Xixón, elaborado por el concejal Juan Chaves: «Desfilar orgulloso ante tus víctimas fue una de esas incongruencias que nos trajo tan cruel guerra, pero si algo es trágico es que la ciudad de Xixón haya soportado durante los años de la dictadura y primeros años de la democracia, homenajes en forma de lápidas y monolitos y sin embargo carezcamos de un reconocimiento que conmemore a las víctimas de esos bombardeos».
¡Ya es hora! Ahora solo falta que el Ayuntamiento sea consecuente y deje de imperar el «Abrazo de Vergara/ Transacción». El Cerro de Santa Catalina fue lugar de defensa, mas la población fue la sufriente víctima con cientos de muertos civiles. Por lo tanto, la ubicación, donde esté más visible, no en el Camino del Olvido…