«Mi mejor resultado personal fue un torneo en Praga donde la entrada costaba 10.000 euros y gané algo más de 500.000 euros»

Sergio Aido (Avilés, 1988) es sinónimo de póker y lleva el nombre de Asturias por medio mundo. Afincado en Londres desde hace unos años, el asturiano es uno de los mejores jugadores españoles y se encuentra en el top 50 mundial. Llegar a lo más alto no ha sido fácil como él mismo reconoce, aunque gracias a su trabajo y esfuerzo ha llegado la recompensa. A punto de cumplir 33 años, cree que a su carrera no le queda mucho, no al menos como actividad prioritaria. Ha llegado a ganar 500.000 euros en un torneo, aunque también ha perdido 700.000 euros en dos días. Hay que saber gestionar las emociones y ser frío a la hora de decidir. Acaba de aterrizar en Madrid procedente de Puerto Rico tras jugar un torneo en Las Vegas y atiende a miGijón desde su hotel en la capital de España.
Verle jugar al póker parece fácil…
(Risas) ¿Cuándo me has visto jugar, cabrón? (sonríe)
Es uno de los mejores jugadores españoles. ¿Llegar hasta aquí ha sido complicado?
Ha sido una transición de muchos años, imagino que se han dado las circunstancias también. No lo considero complicado, pero tiene su mérito y su trabajo.
Hace 12 años empezó a jugar con amigos. ¿Pensó en algún momento que esto sería una profesión?
Durante los dos primeros años no estaba pensando que mi vida iba a ser solo póker. Estaba estudiando Administración y Dirección de Empresas, aunque sí le echaba bastantes horas. Pensaba que iba a poder sacarme un dinero extra más allá de mi vida normal, pero no que me dedicaría a ello. Luego empecé a intentar centrarme en el póker y a partir de 2013 fue un trabajo y va a serlo, por lo menos, para unos cuantos años.
Hay empleos en los que se requiere formación, pero ¿cómo se entrena uno para el póker?
Ha cambiado con los años. En 2010 había mucha menos información on-line y era más autodidacta: se basaba en la práctica, intentar buscar otros jugadores que estuvieran aprendiendo a la vez que tú y pensar con ellos, encontrar estrategias… Eso se ha ido modificando porque hay programas de ordenador para hacer simulaciones y la forma de aprendizaje es diferente.
Llegó a ganar un millón y medio de euros en Montecarlo. ¿Ha sido su mayor premio?
Sí ha sido mi mayor premio en un torneo, pero no ha sido el día que más dinero he ganado para mí porque una parte era para otros inversores y tenía que repartir, no llegaba a jugar un 30% de mi bolsillo. Mi mejor resultado personal fue un torneo en Praga donde la entrada costaba 10.000 euros y gané algo más de 500.000 euros.
Parece difícil de creer, pero usted comentaba en una entrevista que había perdido dinero con el póker.
Mi mayor racha perdedora ha durado quizás año y medio, desde mi máximo hasta volver a esa cifra. Es lo normal porque en una muestra pequeña de torneos la varianza es muy grande y hay que entenderlo. Por eso el tema de impuestos en España y otros lugares está muy mal: si ganas un año tienes que pagar un porcentaje, pero si el año siguiente pierdes no se compensa nada.
¿Cuál ha sido su peor partida?
Como jugador profesional nunca he arriesgado una gran parte de mi capital, pero jugué el SHRB de Macao de 2MHKD$ con una entrada de 260,000$usd y en dos días perdí 700.000 euros.
Eso duele.
Hombre, no es la mejor experiencia. Además, me eliminaron en el puesto 13 cuando el 12 cobraba 600.000 euros, cosas que pasan.

Su primer gran premio, 80.000 euros en Barcelona. Cuando uno se ve con ese dinero ¿corre el peligro de confiarse?
Ahí todavía no me consideraba profesional, pero fue la manera de empezar a pensar en ello. Mis padres siempre han sido muy cautos y no me he permitido deslices. He sido muy serio, nunca he pensado en perderlo todo o más de la mitad. He llegado arriba progresivamente pasando por todas las etapas: desde torneos de 50 euros en el Casino de Gijón, 1.500 en Barcelona hasta el de Macao que fue el más caro con 230.000 euros.
Debe cambiar mucho de un torneo en Gijón a uno en Macao.
El nivel de contrincantes es mucho mayor, quizá un poco más de presión porque hay más personas interesadas en ello, pero al final no deja de ser el mismo juego de cartas y ocho jugadores por mesa. Hay que intentar jugar lo mejor posible en los dos escenarios.
¿Qué importancia tiene la psicología?
Puede jugar un papel importante porque un jugador tiene que saber controlar sus emociones cuando tiene una mala racha. En una partida también es importante ser empático con los rivales, saber si alguien está caliente porque ha tenido una mano anterior que ha salido mal y va a farolear de más… Son cosas que hay que tener en cuenta para tomar decisiones en cada momento.
¿Macao fue un punto de inflexión en su carrera?
Creo que sí porque fue cuando empecé a jugar partidas de cash más caras y las cosas salieron bien. También en torneos por Filipinas, Corea, etcétera y me gané la confianza de inversores para seguir acudiendo a estos torneos de highstakes (póker de altas apuestas).
A estas alturas alguien puede pensar que su trabajo es idílico: viajes, partidas…
No me puedo quejar porque me gusta, pero como todo tiene sus partes malas: es difícil de compaginar si quieres hacer otras cosas como tener una pareja, estar pendiente de un negocio o inversiones. Además, es bastante estresante, con tantos viajes, cambios horarios… el cuerpo y el sueño se resienten, las malas rachas… Si realmente juegas mucho póker durante muchos años lo normal es que te quemes.
Le hemos visto jugar con dos ordenadores y en uno de ellos 16 mesas.
Desde que empecé podría jugar bastante años a la vez on-line. Es muy diferente a jugar en el casino donde es con una mesa e incluso más lento, pero es una forma de practicar: vas a jugar más manos a la hora y ver más situaciones que te van a servir para el futuro. No tienes tiempo casi ni para ir a mear, hay que estar muy concentrado para no meter mucho la pata porque son decisiones en pocos segundos, pero es como todo: práctica.
¿Cómo se hace para vivir entre Macao y Londres?
Ahora con la pandemia he tenido que decir adiós a Macao porque todo está cerrado, no hay póker desde hace año y medio y no hay visos de que vuelva abrir, por eso he estado más en EEUU este año. Digamos que estoy acostumbrado a que las distancias no me parezcan tan grandes y un vuelo de 10 horas como el que acabo de coger me parezca trivial.
¿La pandemia le cogió en Macao?
Estaba jugando, pero es que solo había un caso en todo Macao. Estaba todo controladísimo desde el minuto uno: había que tomar temperatura a la entrada del casino, mascarilla, desinfectaban los ascensores de mi edificio cada 30 minutos… Nada que ver con otros lugares, me sentí muy seguro. Hubo diez días donde todavía se podía jugar, las partidas estaban muy bien porque muchos europeos no habían viajado después de las Navidades. Deseaba que no cerraran, pero lo hicieron. Es un país que lo ha tomado muy en serio porque, actualmente, han tenido 55 casos y ningún muerto estando al lado de China. De hecho, ahora no aceptan viajes prácticamente. Tenía un alquiler durante un año y me lo comí con patatas. Lo que hice fue viajar por Indonesia y Tailandia cuando estaba las cosas peor en Europa.
¿Ha pensado en cambiar de vida en algún momento?
En mi mente tenía dos años más jugando a tope porque desgasta bastante, pero al cerrar los casinos en Macao me encontré que la única opción era jugar online y no me motivaba. Por eso desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021 jugaba muy poco en Londres. Agradecí el parón porque me dediqué a otras inversiones, el deporte y no lo eché tanto de menos. Esto me llevó a no descartar una paulatina retirada, ir a jugar solo a lo que más me apeteciera. Sin embargo, he vuelto a jugar en EEUU y me he motivado un poco, pero no descarto que en el corto-medio plazo el póker deje de ser mi actividad principal.
(CONTINÚA EN: “No sé si me veo viviendo todavía en Asturias porque me podría aburrir un poco después de haber viajado tanto”)
