Ángela Pumariega, líder local de los populares y vicealcaldesa de la ciudad, afea a la oposición que se «rasgue las vestiduras» ante el hecho, pero no ante la no adscripción de Alberto López-Asenjo en el mandato previo
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Fue un dato que dejó caer tímidamente en su comparecencia del pasado jueves, al término del Pleno de octubre, pero ayer Ángela Pumariega, líder local del PP y vicealcaldesa de Gijón, fue mucho más directa: el que quien fuera ‘número dos’ de Vox, Oliver Suárez, mantenga su acta de edil como concejal no adscrito y, a mayores, continúe como presidente de Divertia tras haber abandonado su partido es algo que le «incomoda» y «desagrada». Y es que, tal como reflexionaba en las horas postreras de la tarde de este viernes, los gijoneses, en las urnas, «dieron más de 11.000 votos a Vox, que se traduce en dos concejales». Una representación que al PP le hubiera gustado «que mantuviera hasta el final del mandato».
En ese sentido, Pumariega remarcó que no ha existido un tripartito entre Foro, PP y Vox, sino «dos pactos»; uno, de Foro con el PP, y otro, de Foro con Vox. Al tiempo, señaló que, en lo que se refiere al primero de esos acuerdos, la concejalía de Festejos no correspondió «nunca» a los populares, sino a Foro. De ahí que no hayan tomado parte, o hecho declaraciones al respecto. Ahora bien, la líder local del PP no dejó pasar la oportunidad de referirse al PSOE, a Izquierda Unida (IU) y a Podemos, confesándose sorprendida al verles «rasgarse las vestiduras» por lo ocurrido, pero no así en el mandato pasado, cuando «el PP vio mermada su representatividad con un concejal no adscrito», en referencia al que fuera portavoz popular, Alberto López-Asenjo. Así, según Pumariega, esos mismos grupos municipales «no dudaron en impulsar y apoyar sus iniciativas, alabar sus aportaciones en el Pleno, darle representación en los Consejos y Juntas e, incluso, mantener su retribución».