Foro, PP, Vox y el representante de Les Caseríes dan su visto bueno a unas cuentas que, pese a su merma general, elevan el capítulo de inversiones a casi 10,2 millones, 50.800 euros más que en el ejercicio en curso
Las incógnitas en torno al sustento económico de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón (EMA) para el próximo año han quedado ya despejadas. En una reunión celebrada a media tarde de este jueves, el Consejo de Administración del ente público local sacó adelante su presupuesto para el ejercicio de 2024, dando luz verde a una relación de ingresos y gastos que se sitúa en 27.699.800 euros. Semejante cifra constituye una reducción del 8,8% con respecto al año actualmente en curso, cuando la cuantía orbitó en torno a los 30.400.000 euros. No obstante, donde sí se ha producido un aumento significativo es en el apartado de inversiones, que asciende en 50.800 euros, situándose en 10.190.800 euros. Unos datos satisfactorios para Foro, PP y Vox, amén de para el representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales ‘Les Caseríes’, que votaron a favor. Por su parte, el PSOE y Podemos optaron por abstenerse, mientras Izquierda Unida y el sindicato Comisiones Obreras, también presentes en el Consejo, votaban en contra.
Desde el propio Gobierno gijonés celebraban ayer que las cuentas aprobadas «permitirán mantener un nivel alto de inversión real, la cual ha sido, en términos globales, superior a 34 millones de euros en el quinquenio que va del año 2018 al 2022». Bajando al detalle del ejercicio que viene, la idea del Consistorio es centrar el montante para inversiones en realizar obras en las redes de saneamiento y de abastecimiento, entre las que se incluyen las relativas a las fases uno y dos del colector del río Peñafrancia, además de varias actuaciones mixtas, y de aplicaciones en los terrenos informático e inmobiliario. Paralelamente, el Ejecutivo que preside la alcaldesa Carmen Moriyón celebraba la disminución del 12,53% en el apartado de gastos, fruto de la finalización de las obras del parque Isabel La Católica que, «por su naturaleza ajena a la EMA, no pueden contabilizarse como inversión».