De ser aprobada la medida, propuesta por Izquierda Unida, supondría que su incumplimiento tenga la consideración de ‘infracción muy grave’; también prevé prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en las plazas asturianas
Ya guste más o menos, y con independencia de la contestación que su regreso haya suscitado, y vuelva a producir en un futuro, los toros han regresado a Asturias. La reapertura de la plaza de toros de El Bibio el año pasado, y la recuperación en Gijón de la Feria Taurina de Begoña, marcó el retorno a la región de una forma de ocio que, muy probablemente, se verá reforzada este 2024 con la anunciada restauración del coso de Buenavista, en Oviedo. Y, con semejante hecho consumado, ahora el debate se ha desplazado a otro sector: ¿menores de edad en las corridas sí, o no? Esa es la duda que se formulan en el grupo parlamentario de Izquierda Unida, y la que ha llevado a su diputado Xabel Vegas a plantear este martes, en el Pleno de la Junta General del Principado, la toma en consideración de la reforma de la Ley de Espectáculos Públicos para limitar el acceso de los menores de dieciocho años a los espectáculos. Una propuesta que ha salido adelante con el apoyo no sólo de IU, sino también del PSOE y de la parlamentaria del Grupo Mixto Covadonga Tomé.
Atendiendo a los detalles de la proposición, su contenido busca que se modifique la ley para fijar esa prohibición, lo que se combinaría con la instalación de carteles que adviertan de que el espectáculo en cuestión puede herir la sensibilidad de las personas. El incumplimiento de la primera de esas dos medidas tendría la consideración legal de ‘infracción muy grave’, y entrañaría la imposición de una sanción. Pero no sólo eso; IU también ha pedido a las restantes fuerzas políticas representadas en la Junta que no se puedan ni vender, ni consumir bebidas alcohólicas en dichos espectáculos. Todo ello, ha insistido Vegas, con la mirada puesta no en «abrir un debate sobre la tauromaquia», sino en «garantizar la seguridad y la protección a los menores en la celebración de espectáculos taurinos en Asturias».
«No es cultura, ni es arte, ni es deporte; es una atrocidad», clama Covadonga Tomé
Tal como ha recalcado durante su exposición, «estamos hablando de unos espectáculos que, más allá de la opinión de cada cual sobre los mismos, poseen unas características singulares: son espectáculos sangrientos y que se basan en la violencia ejercitada», lo que, el último término, y siempre según su opinión, «puede tener consecuencias en el desarrollo educativo, cognitivo y emocional del menor». Aunque de acuerdo con él, Tomé se ha mostrado más visceral, defendido una Asturias «libre de este tipo de espectáculos innecesarios», y concluyendo que «la tortura de los animales en público no tiene absolutamente nada que ver con la cultura, ni con los valores que ésta conlleva. No es cultura, ni es arte, ni es deporte; es una atrocidad». El último de los apoyos ha procedido de la bancada del PSOE; su diputado Ricardo Fernández ha señalado que, «sin anticipar nada», su partido apoya estudiar la modificación, a la vista de que, «si estamos hablando de la protección del interés del menor, creo que nos lo tenemos que tomar en serio».
Y hasta ahí, las muestras a favor de Vegas y de IU. Porque el parlamentario de Foro Adrián Pumares, en el Grupo Mixto junto con Tomé, ha reprochado al expositor de la idea que lo que le «molesta» no es que los menores vayan a los toros, sino que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de Sumar, «tuvo que aplaudir y concedió la Medalla de Honor de las Bellas Artes a los empresarios taurinos de la Ganadería Miura», algo de lo que, ha zanjado Pumares, «no voy a ser cómplice». Acto seguido, la portavoz de Vox, Carolina López, ha cuestionado que se prohíba el acceso de los menores poniendo de manifiesto que «las escuelas taurinas están llenas de niños que quieren ser toreros. Torean becerros por toda España; torean y, luego, vienen aquí y no pueden acceder a la plaza de toros».
La última voz crítica en sonar en la Junta ha sido la del diputado del PP José Luis Costillas, quien se ha preguntado si «esto es todo lo que creen que hay que cambiar» de la ley, asegurando que se podría «decir cosas» de los conciertos, festivales, ferias, verbenas o el circo. «Lo único que les importa son los espectáculos taurinos, como hay tantos en Asturias», ha ironizado, finalizando con la teoría de que «esta modificación no obedece ni a una necesidad social, ni soluciona un problema persistente, y únicamente es una cuestión cosmética e ideológica».