El responsable del ciclo ‘Palabra’ del avilesino Centro Niemeyer desde 2016 murió el viernes en Oviedo, dejando un gran vacío en el mundo literario asturiano

Javier García Rodríguez, profesor titular en el área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo, falleció ayer a los 60 años. Poeta, era responsable del ciclo ‘Palabra’ del Centro Niemeyer desde marzo de 2016, “un espacio que convirtió en punto de encuentro entre autores y lectores, siempre con curiosidad, humor y una inteligencia que hacía fácil lo complejo”, apuntan desde la instalación avilesina. “Su paso por el Centro Niemeyer deja una huella profunda: detrás de cada conversación, de cada invitado, de cada edición del ciclo ‘Palabra’, estaba su mirada cómplice, su entusiasmo contagioso y su amor por la literatura en todas sus formas”, añaden.
El escritor, nacido en Valladolid pero residente en Asturias desde hace décadas, también coordinaba el Mínor en Comunicación de la institución universitaria y dirigía el grupo de investigación ‘Técnicas de inscripción social de la ficción y la teoría (SATISFICTEO)’. Impartió clases en las universidades de Iowa, Montreal y en su ciudad natal, y formó a generaciones de estudiantes «que recordarán su ironía fina, su generosidad y su pasión por los libros». Fue además el primer director de la Cátedra Leonard Cohen, era miembro del jurado del Premio Tigre Juan y codirigía la colección de narrativa ‘La cadena trófica’.
Entre sus obras literarias están los libros de relatos ‘Barra americana’ y ‘La mano izquierda es la que mata’; los poemarios ‘Estaciones’, ‘Qué ves en la noche’ y ‘La cuarta pared’; varias colecciones de artículos de prensa como ‘Líneas de alta tensión: literatura crónica que viene a cuento’ o ‘Y el quererlo explicar es Babilonia’; y las obras de literatura infantil y juvenil ‘La tienda loca’, ‘Un pingüino en Gulpiyuri’, ‘Mi vida es un poema’ y ‘Miedo a los perros que me han dicho que no muerden’. Su funeral tendrá lugar mañana a las 13.15 horas en la iglesia María Auxiliadora de Oviedo, mientras que su capilla ardiente está instalada hasta las 21 horas en el tanatorio El Salvador.