El grupo municipal socialista denuncia que las actividades que va a acoger la plaza de toros en la cúpula instalada en el ruedo no se aprobaron en el consejo de administración de Divertia; «se trata, una vez más, de una sobreexplotación de lo público para intereses privados», asegura la portavoz Carmen Eva Pérez Ordieres
Mientras siguen los trabajos para acondicionar la plaza de toros para acoger el Gijón Arena, ciclo de conciertos y espectáculos que va a inaugurar el viernes 7 de febrero la pinchada indie de la fiesta Fascinado, el festival salta a la escena política por un incumplimiento de los pliegos de licitación, según expone el PSOE. «Recogían expresamente la necesidad de que las actividades propuestas se trasladaran al consejo de administración de Divertia», apunta en un comunicado, «tal como se hace, por ejemplo, con la programación del Teatro Jovellanos».
«Se trata de la cesión de un espacio público, como es la plaza de toros, que es además Bien de Interés Cultural (BIC). Ya se están vendiendo entradas y anunciando conciertos y musicales, lo que significa que se han saltado uno de los requisitos de la licitación para la explotación de este espacio. Tal y como hemos manifestado en otras ocasiones, desde el grupo municipal socialista estamos de acuerdo en que se use la plaza de toros para eventos no taurinos, lo que criticamos es la privatización de un bien público», apunta la portavoz adjunta del grupo municipal, Carmen Eva Pérez Ordieres, quien avisa que los consejeros de Divertia no saben nada acerca de esta programación.
Advierte también que la empresa adjudicataria anuncia en su página web la organización de eventos privados en un BIC, incumpliendo así el Plan de Usos donde expresamente se explica que no se autorizarán «aquellas propuestas que no sean de interés general o cuya celebración entrañe riesgos como pueden ser las fiestas de carácter privado». «Quizá ése sea el motivo por el que el presidente de Divertia, el trásfuga Óliver Suárez, no cumpla con las exigencias de los pliegos y renuncie a guiar a las promotoras acerca de lo que pueden y no pueden hacer en la plaza de toros. Una vez más estira y abusa de lo público en beneficio de lo privado», critica la socialista.
Así, insiste en que «se trata, una vez más, de una sobreexplotación de lo público para intereses privados». «Debemos recordar que se alquila la Plaza de Toros por 16.646 euros al año, es decir, apenas lo que cuesta el alquiler de dos viviendas. Por este precio se cede el uso y la explotación de un bien público protegido, desentendiéndose de tu programación y permitiendo, además, la explotación del servicio de hostelería dentro de la propia plaza. ¿En qué se diferencia este proyecto de un festival privado cualquiera? El gobierno local ha mercantilizado el ocio y las actividades culturales públicas a precio de saldo sin que ni siquiera repercuta en un beneficio para todas y todos», finaliza.