Es imposible de entender que la postura del PSOE de Gijón sobre el Solarón, poniendo dificultades para que sea un espacio verde, sea similar a la del PP en Oviedo con sus proyectos de hormigón y asfalto
No parece que el PSOE de Gijón haya aprendido nada de los resultados electorales del pasado 28 de mayo. Nada. Es posible que se agarren, al igual que está haciendo el líder del PP, el señor Núñez Feijóo, a que ellos “ganaron” las elecciones (por algo menos de 400 votos fue el partido más votado de la ciudad) y que entonces con eso ya está todo hecho, y que en 2027 volverán a ganar. Es posible que así sea, y es más que posible que vuelva a darse la misma situación y que al final tampoco gobiernen.
Tras el descalabro de la otra izquierda; hablo de la de Podemos y afines que, salvando la excepción de Izquierda Unida, no tiene pinta de que la cosa mejore, al contrario, es por tanto difícil que se dé el caso de que el PSOE pueda llegar al gobierno con la suma de las otras izquierdas, con lo que no le quedará más remedio que ponerse las pilas en Gijón y ganar a la derecha, de verdad.
Para eso tienen que pasar dos cosas. La renovación de la gente y la renovación de las ideas.
La primera es muy difícil, por aquello de que la gente que está tiene que vivir de una nómina y esa nómina está en la política, para muchos de ellos, o en puestos asociados a la política y eso en el PSOE de Gijón está muy arraigado. La segunda, que podría ser más sencilla que la primera (y quién sabe si hasta suficiente para lograr una mejoría notable) sería la renovación de su ideario. Vive el PSOE de Gijón de la inercia nacional, de la buena inercia nacional y del carisma del líder socialista asturiano (esto podría dar para otro debate, pero no es el motivo de este artículo). Esas dos inercias le mantienen vivo. Porque si uno se para con calma a analizar las propuestas que el PSOE gijonés defiende, nos llevaríamos las manos a la cabeza. Olvidándonos ya de la campaña, lo último y más sonado, aunque tampoco es que estén destacando por hacer una oposición que se escuche, es su postura respecto al espacio conocido como el Solarón. Analicemos su propuesta desde dos perceptivas, la oportuna/política y la técnica.
La propuesta que tiene el PSOE respecto a poner un parque, una zona verde, en el Solarón es que no les parece mal si se explica cómo se va a pagar y qué pasará con las viviendas que allí se iban a hacer. Este análisis, se mire por donde se mire y me resulta increíble que nadie de allí dentro haya caído en la cuenta, es negativo para sus votantes de perfil progresistas. La inmensa mayoría de la ciudadanía de Gijón va a querer un parque allí, sin darle más vueltas y sin excusas, por múltiples motivos: porque es lo mejor para la salud, porque se ganaría un espacio de ocio en el centro, porque sería bonito para la ciudad, etc. Pero sobre todo quiere el parque porque esa ciudadanía es más consciente que el propio partido de que lo del Plan de Vías puede que no pase nunca, y si pasa vete tú a saber cuándo será y que mejor que, por el momento, tener un parque. 30 años de vueltas a lo de las estaciones de tren en Gijón avalan el sentir ciudadano.
Estas razones deberían bastarle al PSOE para dejar de mantener una postura que roza lo absurdo esgrimiendo cuestiones más absurdas aún sobre lo que se puede y no se puede hacer en ese entorno, lo que nos lleva a la parte técnica. Pero no os voy a hablar del Plan General de Ordenación aprobado en 2019 que tutela ese espacio, ni del Plan Especial de 2008 que aun a día de hoy ordena ese entorno, y menos aún de los anteproyectos relacionados con el Plan de Vías. Si algo se ha demostrado en ese espacio es que se puede hacer lo que se quiera porque no deja de ser un espacio para pintar debates políticos que no sirven de nada. Y si no, pensemos en que se ha cambiado tres veces de ubicación la estación y dos veces de Convenio y no se ha cambiado ningún papel ¿Para qué, si lo estadísticamente más probable es que no se llegue a hacer nada en los próximos 20 años? (o sea, como hasta ahora). Pero si se hiciera, en nada afecta, ni urbanísticamente ni a nivel de diseño de infraestructuras, poner un parque, una zona verde o un sistema general, en toda la extensión del Plan de Vías. Al contrario. Y menos aún con el nuevo, “nuevo” Proyecto, dado que ahora la estación multimodal va básicamente en superficie, con lo que ello conlleva a la hora de gestionar la mal llamada fractura ferroviaria.
Es por tanto imposible de entender que la postura del PSOE de Gijón sobre el Solarón, poniendo dificultades para que sea un espacio verde, sea similar a la del PP en Oviedo con sus proyectos de hormigón y asfalto. Con la diferencia, esencial, de que los votantes del PP en Oviedo pude que no vean eso como un mal, mientras que los votantes progresistas de Gijón, hastiados de décadas de mentiras sobre el Plan de Vías, si al final ven, aunque solo sea un parque en ese espacio, estoy seguro que les habrá merecido la pena.