La compra de los 35.000 metros cuadrados, por más de 4,6 millones, sale adelante con el apoyo de todas las demás fuerzas; también se ha aprobado, esta vez por unanimidad, la propuesta socialista de crear una mesa de trabajo sobre ‘Naval Azul’
El hecho, al fin, se ha consumado; no sin rechazos, pero se ha logrado. En un clima tenso, marcado por los argumentos en contra esgrimidos por el PSOE local, el Pleno municipal de este mes de abril ha aprobado, con la única ausencia del voto faborable de los socialistas, la compra a la Autoridad Portuaria de Gijón de su parte de los terrenos de la extinta Naval Gijón, que suman un total de 35.000 metros cuadrados, por la cuantía final de 4.656.977,04 euros, con cargo al remanente. El hecho de que el PSOE no compartiese el apoyo de todas las demás fuerzas ha sido su forma de expresar su desacuerdo con la forma en que se ha manejado la negociación; no obstante, minutos después sí se conseguía la unanimidad en torno a una propuesta del PSOE para constituir una mesa de trabajo que impulse el desarrollo en esa misma zona del proyecto ‘Naval Azul’.
La edil Marina Pineda ha sido la encargada de poner voz a ese desencuentro. Tal como la concejala socialista ha argumentado, si bien ella y su grupo «compartimos la importancia y la urgencia» del desarrollo de Naval Gijón, son precisos también «empuje, valentía y ambición» para la reconversión de toda la fachada marítima de esa zona, y la convicción de que el papel del Ayuntamiento en el Consejo de Administración portuario «no es sólo para defender y proteger los intereses económicos del Puerto, sino también de la ciudad». En ese sentido, Pineda ha planteado que, de haber recurrido a la fórmula de subasta, «se podía haber reducido hasta el 45% del precio total de la operación»; máxime a tenor de que en El Musel «llevan seis años intentando vender esos terrenos». Por último, la edil ha afeado que la transacción afecta a sólo la mitad de la franja marítima.
Aun así, nada de lo anterior ha ensombrecido el buen ánimo de la alcaldesa, Carmen Moriyón, convencida de que la compra supone un «espaldarazo» para Gijón, y un avance «de manera firme» en la regeneración de ese espacio en el barrio del Natahoyo, que lleva «demasiados años sin regenerar». Agradecida con la Autoridad Portuaria por «haber entendido que era un proyecto de ciudad», la regidora, incluso, ha agradecido a Pineda «su colaboración» previa, que contribuyó a que «esta operación se mejore». No obstante, sí que respondió a las palabras de la socialista en el Pleno, afeándole que con su falta de apoyo «están votando en contra de los vecinos del Natahoyo». Ha recalcado, al tiempo, que en el Consejo portuario hay incluso una abogada del Estado, por lo que ha opinado que todo lo que el PSOE argumenta no parece que sea «real ni factible».
Del clúster inicial a una mesa de trabajo secundada por todos
Con los ánimos más calmados al término de ese debate, y después de haber abordado otras cuestiones del orden del día, el Pleno ha pasado a tratar la propuesta de los socialistas de crear una mesa de trabajo para impulsar ‘Naval Azul’, el proyecto para la potenciación de parte de Naval Gijón como foco de actividad y desarrollo de energías renovables ligadas al mar. Pese a la tensión previa, ha salido adelante por unanimidad, enmiendas de Foro y del PP mediante; las mismas que han transformado la iniciativa inicial del PSOE, que pedía la constitución de un clúster de ‘economía azul’, principal destino del proyectado ‘Naval Azul’ en ese espacio, en la mesa que en que, finalmente, se ha convertido.
De nuevo, ha estado en manos de Pineda sostener la argumentación a favor de la idea. La concejala socialista ha comenzado recuperando la polémica anterior, y recalcando a Moriyón que su partido está comprometido con el desarrollo de esa zona, pero lo que pedían es que «pelease» ante la Autoridad Portuaria gijonesa. Por eso, han aceptado la enmienda presentada, al entender que tiene el mismo espíritu constructivo de la iniciativa socialista, siendo conscientes de los requisitos que exige crear un clúster. Eso sí, ha defendido que no existe contradicción entre el voto en contra a la modificación presupuestaria para la compra de los terrenos y el pedir un desarrollo del espacio ligado a la ‘economía azul’. Pineda ha insistido, en este caso, en que ha habido «mucha precipitación» en comprar y pagar a El Musel, cuando no hay ningún obstáculo, a su parecer, para que la Autoridad Portuaria participe en la urbanización de los terrenos.
Ante esto, Moriyón ha puesto sobre la mesa que los socialistas pelearon por la ficha urbanística, para limitar el uso residencial, pero al final votaron en contra del Plan General de Ordenación. «Son sus contradicciones», ha apuntado sobre el PSOE, no sin antes bromear sobre si el clúster inicialmente sugerido no sería «un clúster aéreo», a tenor del voto en contra en el momento de la compra de los terrenos. Acto seguido intervenía la vicealcaldesa y portavoz del PP, Ángela Pumariega, para enfatizar que el Ejecutivo del que es ‘número dos’ aboga por «un modelo con un 80% de uso productivo, dedicado a la ‘economía azul’ como polo empresarial. Finalmente, el resto de partidos han expresado sus propias dudas sobre la forma del clúster como idónea para algo así; la traslación de esa modalidad a la de mesa es la que, a la postre, ha posibilitado su apoyo a la medida.