Más de siete multas por minuto durante 365 días. En 2020, la Dirección General de Tráfico formuló en las carreteras españolas de su competencia un total de 3.877.297 denuncias. Y dos terceras partes de ellas se debieron a excesos de velocidad. El dato, extraído de un informe elaborado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), supone un descenso del 17,25% respecto a 2019, cuando se registraron 4.685.599 sanciones, es decir, casi 12.400 al día.
En Asturias esa caída fue aún mayor. Las multas por velocidad descendieron un 36,3%, solo por detrás de Ceuta, las Islas Baleares y Extremadura. Aún así, superar la velocidad permitida sigue siendo la principal causa de infracción. Un total de 65 radares controlan que no se sobrepasen los límites. De todos ellos, es uno de Gijón el que más infracciones capta.
Un radar del Infanzón, el que más multas pone de Asturias
El radar más activo de Asturias está situado en la Autovía del Cantábrico. Exactamente, en el punto kilométrico 371,2 de la A-8, a la altura de los túneles del Infanzón. Es justo donde está situado el enlace con Arroes, Quintes y Quintueles.
En 2019, último año del que hay informes, impuso 26.039 multas, lo que supone un promedio de 71 sanciones diarias. Pero lo más llamativo de este radar situado en las inmediaciones de Gijón es que ha multiplicado su intensidad sancionadora de una forma espectacular. En 2017 registraba tan solo 455 multas, y en 2018 460. El incremento de sanciones es del 5000%.
De hecho, este radar gijonés ocupa el puesto 14 de los radares que más multan en España. Pero no es el único asturiano que aparece en la lista. El otro, ubicado en La Bolgachina en Oviedo, impuso en 2019 11.000 multas. Pero esto fue antes de que se desconectara tras la denuncia de un conductor que consiguió demostrar que la foto la sacaba ya cuando el límite volvía a ser de 120 km/h. Ahora la DGT debe devolver el importe de 16.000 multas por ello.