«Las cosas no pudieron salir mejor y, pese a las dificultades, el Sporting ascendió como campeón de grupo y consiguió batir el récord de goles hasta entonces, con un centenar de dianas y con una delantera formada íntegramente por gijoneses»
La temporada 1950-51 trajo un aire nuevo al Sporting.
Se había reelegido a Paulino Antón Trespalacios como presidente para volver a tomar las riendas del club gijonés. Su primer éxito fue involucrar al Ayuntamiento de Gijón en el nuevo proyecto, logrando una subvención municipal de 25.000 pesetas para ayudar a cubrir los gastos de la temporada 1950-51. En lo deportivo, firmó por el Sporting el argentino Óscar Garro, procedente del Lucense, donde había jugado cedido por el Celta de Vigo. Sería el único fichaje. Eso sí, de la cantera subió un hombre que iba a ser muy importante en los siguientes años: Pepe Ortiz.
Para la dirección deportiva de la primera plantilla se pensó en entregar el equipo a un míster de prestigio. El principal candidato era el argentino Lino Taioli, que había dirigido los cursos anteriores al Atlético de Madrid y al Racing de Santander. Con las conversaciones ya iniciadas, el argentino se descolgó, duplicando el caché que previamente reclamaba. Una oferta del Real Murcia se interpuso y Taioli exigió, al menos, igualarla para venir a Gijón: 350.000 pesetas por un único año. Una auténtica fortuna para la época, que el club no podía abordar. Así, el argentino se fue al club pimentonero y la directiva rojiblanca decidió entregar nuevamente el equipo al gijonés Amadeo Sánchez Menéndez, artífice del que había sido el primer ascenso del club rojiblanco a la máxima categoría.
El Sporting tuvo serios problemas económicos durante todo el año, que se fueron solventado gracias a las aportaciones económicas que el presidente Antón fue entregando de su propio patrimonio. Así se consiguió cerrar la temporada. En agradecimiento, la entidad sportinguista organiza en el mes de mayo una cena homenaje a Paulino Antón Trespalacios. En cuando a lo puramente deportivo, las cosas no pudieron salir mejor y, pese a las dificultades, el Sporting ascendió como campeón de grupo y consiguió batir el récord de goles hasta entonces, con un centenar de dianas y con una delantera formada íntegramente por gijoneses: Cholo Dindurra, José Prendes, Pepe Ortiz, Pachu Sánchez y Herrerita, aunque éste último, ya en el ocaso de su carrera deportiva y con un papel absolutamente secundario. El último encuentro de la temporada se disputó contra el conjunto barcelonés del San Andrés. El día anterior, se había celebrado una misa-homenaje al Sporting en la iglesia de Nuestra Señora de Begoña, con la participación del Coro de Educación y Descanso, y por la noche una espectacular verbena de celebración del ascenso a la que asistieron miles de gijoneses.
En el encuentro que cerraba la temporada, la victoria cayó del lado gijonés por 6 a 2 Tras el partido, las celebraciones comenzaron en El Molinón, donde recibieron las felicitaciones de las autoridades presentes. Posteriormente, la plantilla y el cuerpo técnico se dirigieron al estadio gijonés, donde fueron recibidos por el alcalde de ciudad, José García-Bernardo y de la Sala; el gobernador civil de Asturias, Francisco Labadie Otermín, y el presidente de la Federación Astur-Montañesa de Fútbol, Elías Lucio de Tapia. Tras la recepción oficial, la plantilla sportinguista recibió el cariño y las felicitaciones de los gijoneses congregados en la Plaza Mayor. Hubo, después, una cena de celebración, restringida a los jugadores, cuerpo técnico y directivos en el restaurante Txoko Txiki de la Guía.
Como colofón a la sensacional temporada se disputó, el 20 de mayo, un partido contra los alemanes del Munich 1860 que sirvió como homenaje a uno de los más grandes futbolistas de la historia del club: Cholo Dindurra, que abandonaba la entidad camino del Real Avilés. Un final de curso acorde con el fantástico año en el que se había logrado el segundo ascenso sportinguista a la Primera División.