Rodrigo Cuevas y el resto de socios que han hecho posible la reapertura del espacio compartían este viernes las sensaciones tras «mucho barrer» para llegar a una reapertura que se celebrará este sábado por todo lo alto

El antiguo teatro de Infiesto, en Piloña, datado en 1926, es hoy un centro cultural y de acción comunitaria: ‘La Benéfica’. Se tardan apenas segundos en afirmarlo, pero han sido necesarios años para que el sueño de unos cuantos vecinos, entre los que destaca el artista Rodrigo Cuevas, se hiciera realidad. Este viernes se abrazaban, reían y compartían la felicidad de una reapertura tantas veces soñada y que este fin de semana, por fin, se hace realidad. Aunque la reapertura oficial tiene lugar este sábado, en la tarde de ayer se presentó a medios el espacio, donde un emocionado Cuevas agradecía la colaboración de tantas personas que han hecho real lo que un día estos vecinos imaginaron: «Cuando todos pensamos que algo es posible… no con el cerebro, porque esto si lo piensas con el cerebro es imposible. No teníamos el dinero para hacerlo, no teníamos el sitio, pero la ilusión contagió y esto se echó para adelante».
La recuperación del teatro busca revitalizar la zona rural, combatir la despoblación y fomentar esa interacción intergeneracional tan necesaria a través de la cultura. «Esto era una ruina, iba a caer. Pero todo el mundo arrimó mucho el hombro y, poco a poco, ha salido adelante», recordaba el artista asturiano. Quiso también poner el foco en que la recuperación no es solo cultural, sino también un ejercicio de memoria, de todas esas villas que, en su momento, y como Infesto, tuvieron centros de ocio, teatros y cines.
La rehabilitación de La Benéfica ha sido posible en gran parte gracias a la financiación colectiva. La campaña de micromecenazgo logró recaudar 140.000 euros, una cifra que Cuevas calificó este viernes de «impresionante«. Pero la emoción da paso este sábado a la folixa, y es que hoy La Benéfica tiene preparada una jornada cargada de actividades entre las que se incluye un taller de máscaras, una fabada popular y el desfile de Antroxu en la Plaza María Josefa Canellada, seguido de un taller de baile tradicional y la «Nueche en Danza», que a partir de las 20 horas reunirá en una fiesta asturiana a colaboradores, amigos, vecinos, músicos y bailarines.