La Federación de Asociaciones Vecinales convoca una concentración a las 11 horas de este viernes en Puerta de la Villa en defensa de la medicina de familia, al tiempo que exige al Principado que «acorte significativamente» los tiempos de valoración de la Ley de Dependencia

Ah, el estado de la atención primaria… Sin figurar a la cabeza de la lista, sí es uno de esos temas que suelen ocupar alguna de las posiciones de salida en toda encuesta acerca de las grandes inquietudes de la ciudadanía española. Y, para la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV), ha llegado una nueva hora de movilizarse para reclamar su fortalecimiento y protección, coincidiendo con un momento en el que la escasez de profesionales médicos y las crecientes listas de espera parecen hacer peligrar su modelo. Así, el organismo gijonés decidía ayer lunes, en el marco de su última reunión, convocar a los ciudadanos de la urbe a una movilización en Puerta de la Villa, que tendrá lugar a las 11 horas de este viernes, 11 de abril, con un único objetivo en mente: demostrar la fortaleza colectiva de una solicitud que, recuerdan, en caso de cumplirse garantizará «más y mejor salud«.
Con todo, no se trata de la única reivindicación que se formuló en la sesión de ayer. Continuando en el terreno de la salud aunque, en esta ocasión, en el de la mental, la FAV abordó la problemática de la soledad no deseada que afecta a un buen número de personas mayores de la ciudad, y frente a la cual el Gobierno municipal «tiene que activar mecanismos reales ya, y no planes piloto que se eternizan; toca pasar a concreciones e inversiones». Ahora bien, desde la Federación ajustan el tiro, abarcando con él no solo el Ayuntamiento, sino también el Gobierno del Principado, al que piden que «acorte significativamente los tiempos de valoración de la Ley de Dependencia», toda vez que «tardar de quince a dieciocho meses en la primera visita, y que pasen tres años para su aprobación, no es ni medio justificable». En fin, una amplia intervención a dos niveles, local y regional, para beneficiar a un colectivo, el de los mayores, frecuentemente olvidado, y que, zanjan en la FAV, «también contribuiría a crear puestos de trabajo en la atención, y riqueza».